Razonamientos de enero, por Gonzalo Carranza [Opinión]
Razonamientos de enero, por Gonzalo Carranza [Opinión]
Gonzalo Carranza

El gerente general de una importante empresa y un destacado economista coincidieron la semana pasada en enumerarme las razones por las que este los encuentra más optimistas que hace doce meses.


Sus argumentos fueron casi iguales: empezando el 2016 veían en el horizonte un enorme riesgo político-electoral, la amenaza de un Fenómeno de El Niño, la resaca de la devaluación del sol, unas proyecciones heterogéneas de crecimiento sectorial, la posibilidad de un ‘hard landing’ en China y el semestre final de una administración poco amigable con la inversión privada. 

Enero del 2017 se ve más calmo. Pero no sé si eso alcance para un inicio de año promisorio. De hecho, no es tan difícil ponerse apocalíptico. 

Veamos. El caso Odebrecht y la dinámica Ejecutivo-Legislativo garantizan dosis de zozobra política por un buen tiempo. Las proyecciones positivas para la manufactura y la construcción aún son números en un papel, listos para revisiones a la baja si las expectativas empresariales siguen retrocediendo y las repercusiones empresariales de Lava Jato se expanden. La receta para lidiar con la conflictividad social nos sigue siendo ajena, desde Puente Piedra hasta Las Bambas. El gasoducto se cae, el Jorge Chávez no despega, Chinchero pone de cabeza la lógica de las APP y el metro no avanza. Las estadísticas chinas siguen siendo tan oscuras como hace doce meses.

Las elecciones en Italia, Francia y Alemania tienen en vilo a los mercados. Y la cuenta de Twitter de Donald Trump es una fuente de incertidumbre global, que nadie tenía en cuenta cuando llegó el 2016.  

No es que crea que el 2017 será el año de una recesión sin remedio. Solo busco demostrar que la dialéctica optimismo-pesimismo económico puede prologarse ad infinitum.  

¿Qué hacer? Monitorear el precio del . A falta de diversificación productiva, explica nuestro destino económico tan bien o mejor que la confianza empresarial y los paquetes simplificadores (que de esos también tuvimos en 1989). 

El cobre anda por los US$2,70 por libra. Hace 12 meses estaba casi en US$2,00. Nada mal. Que los mercados, China y The Donald lo sostengan. Hasta enero del 2018, ojalá.

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