Coco, la nueva unidad de negocio de Real Plaza demandó alrededor de US$200.000.
Coco, la nueva unidad de negocio de Real Plaza demandó alrededor de US$200.000.
Leslie Salas Oblitas

Tras un año de investigación, conceptualización y ejecución, la cadena de centros comerciales Real Plaza estrenó su primer coworking gastronómicoCoco Cookworking’ en los exteriores de su ‘mall’ en Jesús María, en un área de 200 m2 y con una inversión aproximada de US$200.000 en su construcción e implementación.

El proyecto -hecho realidad por el laboratorio de innovación La Diagonal de Real Plaza- inició operaciones con 27 empresarios gastronómicos, entre ellos, Qumara, Leña y Punto, La Incontrastable, la Real Paella, Infusiónate y Supan Tachirense.

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A la fecha, Coco ya opera al 20% de su capacidad pero se espera que llegue a una ocupabilidad de 50% a fines de este 2019 y entre el 90% y 95% en los próximos dos a tres años, comenta el gerente general de Real Plaza, Daniel Duharte

“Este primer año será una etapa de aprendizaje, de adecuación y de saber qué funciona y qué no, y a partir del 2020 tomaremos la decisión de analizar geográficamente dónde implementaremos los siguientes. Ya nos han llamado emprendedores de Trujillo y Arequipa”, indica.

La expectativa de la cadena, del grupo Intercorp, es estar en todos los ‘malls’ que operan e, incluso, que se convierta en un negocio que pueda crecer fuera de nuestros 'malls'. 

“Coco es desde ya una unidad de negocio independiente de Real Plaza que genera ingresos y que ayuda. Por ejemplo, si nos pidieran un Coco en Ica, donde no tenemos un centro comercial, evaluaríamos la forma de montarlo puerta a calle o dentro de otro 'mall'”, explica.

COSTOS DE COCO
Romina Koremblit y Rodrigo Conroy, gerentes de La Diagonal, detallan que Coco es un espacio culinario compartido y creado para emprendedores que no tienen mucha inversión para montar su propio centro de producción, para chef independientes y hasta para restaurantes que quieren tercerizar el espacio de producción, entre otros.

Daniel Duharte precisa que al proyecto también se han unido empresas de consumo masivo para hacer pruebas de producto en Coco con chef reconocidos y también se han realizado clases de cocina para niños. “En general, nos hemos dado cuenta de que hay muchas más oportunidades de crecer con Coco y que tiene escalabilidad hacia el futuro y no solo con los emprendedores culinarios”, sostiene.

Coco cuenta con cinco membresías que van desde las 5 horas de cocina (equivalente a S/200 por un mes de vigencia y una semana de exhibición de sus productos en el módulo de la cafetería de Coco) hasta las 150 horas, que implica un desembolso de S/3.750 por seis meses de vigencia y con seis semanas de exhibición de sus productos. “Por el momento opera de lunes a sábado de 5am a 11pm, pero en un futuro y según las necesidades esta unidad podría trabajar las 24 horas del día y los 7 días de la semana”, indica.

EMPRENDEDORES
Chris Villar, dueña de Supan Tachirense, es una de las emprendedoras que está usando las instalaciones de Coco Cookworking (que posee una zona de cocina con nueve estaciones). Ella narra que tras dejar hace un año Venezuela, donde tenía una pastelería reconocida, emprendió un pequeño negocio de postres en su casa el cual ahora prevé potenciar. Sus ventas se dan a través de las principales redes sociales.

La Incontrastable es otra de las marcas de productos naturales que quiere hacerse de un nombre en el país. Los cinco hermanos Fabián, oriundos de Junín, buscan revalorar el trabajo que hacen sus padres y agricultores de las comunidades del Valle del Mantaro trayendo productos oriundos de la zona de manera directa. 

Así, han empezado por elaborar en forma de snack la canchita serrana en empaques de 100 gr, a base de aceite de maíz, esencias de hierbas y ají limo, y libre de octógonos. Próximamente, prevén producir galletas de maíz con quinua. “Esperamos que Coco sea nuestra venta de publicidad”, asegura Enith Fabián. Qumara, ya cuenta con un local en San Isidro, pero también busca hacer su negocio más escalable apoyándose en la infraestructura de Coco.

Se consideran el primer ‘fastfood’ a base de los superalimentos y trabajan con nutricionistas para brindar las porciones adecuadas al horno y al vapor. “Coco cuenta con abatidores y empacadoras al vacío que nos permitirá tener mayores economías de escala y ser más eficiente con nuestras producción”, señala Ivette Curisinche, socia de Qumara.

La expectativa de la marca es ser una franquicia. Pero, por ahora, además del local de San Isidro, sus diversos platos y productos están disponibles en la mayoría de aplicativos, entre ellos, Uber Eats con quien Coco tiene una alianza.

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