"¿La corrupción existe para esquivar las trabas burocráticas o la burocracia existe para dificultar la corrupción?", se pregunta el profesor Luciano Ciravegna. (Foto: Getty Images)
"¿La corrupción existe para esquivar las trabas burocráticas o la burocracia existe para dificultar la corrupción?", se pregunta el profesor Luciano Ciravegna. (Foto: Getty Images)
Redacción EC

Un 82% de consideran que el y la son prácticas muy extendidas dentro de las empresas del país, según los resultados de la décimo quinta Encuesta Global de Fraude de EY, la cual consultó a 2.550 ejecutivos en 55 países.

El informe también refleja que un 16% de ejecutivos peruanos ha sufrido un fraude significativo en los últimos años.

De esta forma, la escala del soborno y la corrupción no ha mostrado mejoras a nivel mundial desde 2012 y el Perú se incluye en el núcleo duro de países donde más arraigadas se encuentran este tipo de prácticas ilícitas. La tendencia refleja que el fraude y la corrupción siguen teniendo una mayor ocurrencia en los .

Por otro lado, se observa a nivel global una diferencia de tendencia generacional en los resultados de la encuesta en cuento a la disposición a cometer actos corruptos.

Los resultados arrojaron que el 20% de los encuestados menores de 35 años justificaría pagos en efectivo ilícitos para ganar o retener contratos, si esto ayudaría a la sobrevivencia del negocio.

Sin embargo, a nivel local, el panorama no es del todo desalentador. El 100% de los peruanos encuestados reconocen que es importante demostrar que su organización opera con integridad, ya que genera una mejor percepción de los clientes y la opinión pública hacia las empresas.

Por último, la encuesta indica que existe poca claridad sobre quién es el responsable dentro de una organización de actuar con integridad. Se identificó que en Perú solo uno de cada seis encuestados considera que es cada empleado a nivel individual quien debe asumir la responsabilidad de comportarse con integridad. 

A nivel regional, en cambio, se observa que, solo uno de cada cuatro considera que son los individuos quienes deben asumir la responsabilidad personal. El resto todavía considera que la responsabilidad recae en otros, principalmente en áreas como Recursos Humanos, Legal y Cumplimiento, la Gerencia General o incluso el Directorio, antes que en uno mismo.

"Las organizaciones deben esforzarse en mejorar la eficacia de sus programas de cumplimiento, a través de una adecuada evaluación y monitoreo, desde la perspectiva de integridad, de su cultura y clima ético; así como de los controles y mecanismos de gobierno", puntualiza Rafael Huamán, socio líder de los Servicios de Riesgos de Integridad y Forenses de EY Perú.

Contenido sugerido

Contenido GEC