¿Se necesita tener una oficina de innovación para sobrevivir?

La Cuarta Revolución industrial no es algo opcional, es una realidad del presente que ha llegado para quedarse y no hay punto de retorno: si no estás preparado para transformarte digitalmente no sobrevives, advirtió Fernando Grados, director de Dominio Consultores.

¿Cómo estar listos para iniciar el cambio? ¿Qué pasos hay que seguir? Este año una gran diversidad de expertos han ido diseñando diferentes hojas de ruta, pero todas tienen un punto de coincidencia: se trata de un cambio cultural.

No estamos ante un tópico puramente tecnológico que corresponda al área de sistemas, sino que implica un cambio profundo a nivel de toda la organización, quienes tienen que reconvertirse para atender a un nuevo tipo de consumidor, explicó Mauricio Jaramillo, líder en transformación digital colombiano invitado a dictar una conferencia sobre el tópico por Telefónica.  

¿Se necesita montar una oficina especial encargada del tema? Jaramillo considera que ese no es el punto más importante del cambio, porque este tiene que ser empujado desde el líder máximo de la empresa e involucrar hasta el último colaborador. 

"Tener una cultura de innovación no es sinónimo de crear una oficina de innovación. Es mucho más que eso. En la región hay muchos que hablan de cambiar y compran de todo pero siguen pensando como analógicos", recalcó Jaramillo.

PENSAMIENTO DIGITAL
​Cuando el fundador de Netflix fue a buscar al dueño de Blockbuster para ofrecerle el servicio de llevar y recoger las películas en las casas de los clientes, fue rechazado.

Casi 20 años después, aquel que tuvo la visión de atender el deseo del cliente - rentar videos sin salir de la casa - está en la cresta de la ola y ha hecho replantear la forma de distribución de contenido de los grandes productores de tv paga del mundo. Aquel que no supo ver por dónde iría el negocio para dar los cambios adecuados quebró, advirtió Jaramillo. 

Le podría haber sucedido lo mismo que a Kodak o Blockbuster a empresas como Fedex o DHL, pero no fue así. El correo electrónico reemplazó las cartas de antaño entre familiares, explicó, pero ellos miraron hacia el comercio electrónico  y transformaron su negocio al reparto de paquetes, logrando incluso muchos más beneficios económicos que antes.   

La clave, añadió, es pensar en digital, como lo hace el consumidor, e idear la forma en que se pueda replantea el negocio de forma disruptiva. Se puede sumar herramientas tecnológicas, crear equipos especiales y montar laboratorios, pero no será suficiente.  "Si la cultura no cambia, estaremos cojos. Se requiere una transformación de fondo y orgánica. Si no nos sacudimos, nos sacudirán", remarcó.

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