Juan Saldarriaga

El Perú no sólo está sentado sobre un banco de oro, sino también bajo un cielo rico en radiación solar y vientos, recursos energéticos capaces de llevar electricidad a todo el territorio nacional no una sino varias veces.

De acuerdo al Cómite de Operación Económica del Sistema Interconectado (Coes), hay en el Perú “un potencial no teórico, sino contrastable” de proyectos solares y eólicos por 20.000 MW, es decir, más de tres veces la capacidad instalada de generación eléctrica en el país.

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A la fecha hay 21.000 MW de estudios de pre-operatividad presentados al Coes, de los cuales 20.000 MW son RER, entre solares y eólicos. Ninguno de geotermia o biomasa”, reveló César Butrón, presidente del organismo eléctrico, en Expo Energía Perú 2022.

Cabe señalar que los estudios de pre-operatividad son el primer estadio para el desarrollo de proyectos de generación, transmisión o demanda de energía “que buscan conectarse al sistema eléctrico”.

Es decir, proyectos que ya cuentan con algún tipo de inversión, como la relacionada con adquisición de terrenos y/o el desarrollo de estudios ambientales.

El problema con esto, anota Butrón, es que en el sistema eléctrico sólo hay espacio para 2.000 MW de nueva generación eléctrica, debido a que no existe suficiente demanda de energía a nivel nacional.

El sector minero es uno de los principales demandantes de energía. La conflictividad social ocasiona que la minería se retraiga y, por consiguiente, también las expectativas de que el consumo eléctrico crezca. En la foto: Las Bambas.
El sector minero es uno de los principales demandantes de energía. La conflictividad social ocasiona que la minería se retraiga y, por consiguiente, también las expectativas de que el consumo eléctrico crezca. En la foto: Las Bambas.
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Esto puede sonar como baldazo de agua fría para muchos de los 20.000 MW que dan vueltas con estudios de pre-operatividad, y significa que se tendrán que apurar para ver quien llega primero porque solo hay sitio para 2.000 MW “, señaló el funcionario.

Explicó que esto obedece a la desaceleración de la demanda de energía, la cual registrará un crecimiento promedio anual de 2,5% o 2,7% hasta el 2030, según proyecciones actualizadas del Coes. Es decir, un crecimiento bastante lejano al 7% u 8% de años anteriores.

La razón de este decrecimiento es bastante clara: La ausencia de grandes proyectos de inversión, que es uno de los dos grandes factores que determina la demanda de energía, junto con el crecimiento vegetativo de la economía.

No hay proyectos mineros, no hay proyectos agroindustriales, no hay nada nuevo en el horizonte, excepto lo que ya está en marcha y ya tiene financiamiento”, anotó Butrón.

Añadió que esta situación sólo mejorará si la economía se revierte bruscamente, sea por el crecimiento de la minería, semiparalizada por conflictos sociales, o por el desarrollo de nuevas tecnologías, como la electro-movilidad y el hidrogeno verde, las cuales están aún en etapa de pre-madurez.