Estrés
Estrés

Lo culpamos de nuestros problemas y de nuestros males, pero no sabemos claramente qué lo produce, como nos afecta y qué podríamos hacer para combatirlo.

El es la respuesta de nuestro organismo a una sobrecarga de tensiones y preocupaciones, que alteran al sistema nervioso. Ante esto nuestro sistema inmunológico reacciona y se defiende produciendo hormonas antiestrés, siendo las principales el cortisol y la adrenalina. Si estos episodios son de corta duración (estrés agudo), el impacto a la salud es manejable, pero cuando este estado se hace habitual (estrés crónico), nuestro organismo mantendrá niveles muy altos de estas hormonas permanentemente, lo cual es muy perjudicial para la salud. El estrés crónico tiende a ser degenerativo en las personas que lo padecen, ya que agota al paciente poco a poco, generándole todo tipo de enfermedades, llegando alguna de ellas a ser mortales.

Entre las principales causas que producen estrés podemos citar las preocupaciones, los miedos, la inseguridad, el temor a la pérdida de control, los ruidos o situaciones molestas y los pensamientos negativos sobre nosotros mismos o sobre nuestra actuación ante los otros. En las oficinas existe el estrés laboral, que es probablemente el de mayor proliferación. Este es causado principalmente por las relaciones tensas con el jefe o con algunos compañeros de trabajo, así como los horarios, la presión del tiempo y la dificultad para decidir, entre otras.

Algunos de los síntomas que produce el estrés a nivel fisiológico incluyen palpitaciones, dolores musculares, sudoración, dolores de cabeza, taquicardia, insomnio, molestias estomacales, mareos y presión de los dientes. También a nivel motor, el estrés hace que se fume y coma en exceso, que se eviten situaciones por temor, que se produzca intranquilidad motora (movimientos repetitivos) y que se tenga ansiedad, irritabilidad, cambios de ánimo, cansancio, tristeza y depresión.

Sabemos que la principal causa de muerte en el mundo son las enfermedades cardíacas y en segundo lugar el cáncer. Pues el estrés es uno de los principales causantes de ambas enfermedades, y como si eso no fuera suficiente, también es un verdadero acelerador del avance de estas enfermedades.

En el caso del cáncer, esto era bastante conocido, pero lo que no era tan conocido es que el estrés es también una importante causa de las enfermedades cardíacas, especialmente de los infartos. Esto se ha comprobado recientemente con estudios hechos al cerebro profundo, utilizando tecnología de imágenes de última generación, especialmente a la amígdala cerebral (diferente a las amígdalas de la garganta). En esta glándula es donde priman las emociones básicas como el miedo y la angustia, entre otras. Estos estudios, refrendados por casos prácticos con pacientes, concluyen que el estrés hace que la amígdala tenga una actividad mucho mayor a lo normal, lo que genera una serie de eventos en el organismo, como mayor actividad de la médula ósea e inflamación de las arterias y, por tanto, un aumento significativo del riesgo de infarto o de otro evento cardiovascular.

Si a esto le sumamos que el estrés es también causante de las enfermedades degenerativas del cerebro y de los de suicidios, estamos ante un verdadero ‘asesino en serie’.

El problema es que no se sabe cómo aniquilarlo. Solo existen algunas ideas de cómo combatirlo y controlarlo, pero todas son de largo aliento y solo se consiguen resultados parciales. Entre ellas se pueden citar la meditación, los deportes, la comida saludable y ‘desconectarse’ por algunos minutos al día. La práctica del yoga es algo que ha demostrado ser bastante efectiva para combatir el estrés, ya que conjuga varias de las ideas mencionadas, además de impactar positivamente en el cuerpo y la mente.

Uno de los principales causantes del estrés para los limeños es el caótico, irresponsable e imprudente tráfico que tenemos que soportar diariamente en nuestra ciudad. Definitivamente un causante de estrés crónico y por ende cómplice del ‘asesino en serie’.

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