(Fotos: El Comercio)
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Gonzalo Carranza

¿Por qué vivimos un aparente ? La semana pasada, especulaba con razones vinculadas a la situación macroeconómica y cómo la consolidación de sectores podría responder a una visión poco optimista sobre las posibilidades de mantener el crecimiento orgánico incluso en un mercado como el peruano, donde muchas categorías aún son inmaduras en cuanto a su penetración y profundidad.

La literatura sobre fusiones y adquisiciones muestra otros dos factores que también podrían haber estado presentes en las consideraciones para estas operaciones: los cambios tecnológicos y regulatorios. Intuyo que, aunque tímidamente, ambas transformaciones se asoman detrás de los recientes ‘deals’.

Miremos, por ejemplo, el caso de Inkafarma y las cadenas de . Su rubro principal hoy en día es la venta de medicamentos. Sin embargo, en la medida en que la protección social de la salud se acerque con el tiempo hacia el aseguramiento universal -en la línea de las propuestas de la comisión de expertos nombrada por este Gobierno o, en otras latitudes, del ‘Obamacare’-, una parte de ese negocio quedará desfasada.

Lo que quedará, entonces, serán ‘retailers’ enfocados en medicinas de uso cotidiano y una gama de productos adicionales, desde los más cercanos al concepto ‘farma’ (vitaminas o suplementos nutricionales) hasta mercadería propia de una tienda de conveniencia o un supermercado, como ocurre en las grandes cadenas de EE.UU. No en vano fue el holding especializado en ‘retail’ el que absorbió al de tradición farmacéutica.

De esta manera, uno podría imaginar, en algunos lustros, que el brazo de farmacias de InRetail sea una combinación de establecimientos ‘de penetración’, de área pequeña, bajos costos fijos y potencial para llegar a localidades pequeñas con precios asequibles, y ‘drugstores’ urbanas donde se pueda encontrar perfumería, bazar, accesorios tecnológicos, diarios y revistas, o alimentos y bebidas envasadas.

InRetail ya está desarrollando el primer formato bajo el nombre Inkafarma Express y el segundo es una adaptación no tan lejana de la actual Mifarma. En tanto, la consolidación ‘grifera’ ocurre en un contexto global, donde el propio modelo de estación de combustible será puesto a prueba más temprano que tarde por el ‘boom’ de los autos eléctricos.

Uno podría pensar, entonces, que no solo ha comprado más dispensadores de gasolina, sino otras tres cosas que necesitará ante el cambio tecnológico: ubicaciones claves, la consolidación del negocio ‘retail’ de tiendas de conveniencia (amenazado en algunos flancos por la irrupción de Tambo), y, sobre todo, tiempo para transformarse. A los Primax-Pecsa del futuro llegarán cada vez más clientes buscando cargar la batería, no llenar el tanque.

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