(Foto: El Comercio)
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María Rosa Villalobos

La es uno de los grandes retos aún pendientes en el Perú. Según el Global Findex 2017, índice elaborado por el Banco Mundial que mide el avance de la inclusión financiera de 140 países, el 43% de los peruanos tiene una cuenta en el sistema financiero formal, la tasa más baja de Sudamérica.

Colombia (46%), Paraguay (49%), Argentina (49%) y Bolivia (54%) nos sobrepasan en la lista regional, que es liderada por Chile con 74%.
“La poca inclusión financiera va amarrada a la alta informalidad y a la poca educación financiera en el país. Mientras uses efectivo, esas operaciones no se registran en ningún lado y se mantienen en la oscuridad”, explica Alberto Morisaki, gerente de estudios económicos de la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc).

Aunque se hace evidente que hay todavía mucho por recorrer en un Perú donde el ‘cash’ representa alrededor del 90% del total de transacciones, según , el país muestra algunos avances en los últimos tres años en materia de inclusión financiera.

Si bien el 43% de personas bancarizadas es la cifra más baja de la región, hay que considerar que hace tres años el Perú tenía solo un 29% de adultos con cuentas, según el informe. Además, el 28% de los encuestados afirmó que disponía de una tarjeta de débito, lo que representa un alza de siete puntos porcentuales respecto al último estudio.

A pesar de estas leves mejoras, Carolina Trivelli, investigadora del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), ve los resultados con preocupación, pues considera que a este ritmo no cumpliremos lo establecido en las metas al 2021 de la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera, planteadas en el 2015. Allí se fijaba el objetivo de lograr que el 75% de adultos disponga de una cuenta en el sistema bancario, que se multipliquen por cinco los pagos digitales y que la mitad de las mypes tenga una cuenta formal.

Sin embargo, este Diario conoció que la Comisión Multisectorial de Inclusión Financiera –grupo de trabajo liderado por el Ministerio de Economía y Finanzas y formado por los ministerios de Desarrollo e Inclusión Social y de Educación, además de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), el Banco Central de Reserva (BCR) y el Banco de la Nación– ha reformulado y reorientado el mencionado plan, lo que deberá ser aprobado por ese mismo grupo de trabajo y publicado en un decreto supremo.

“El ministro [de Economía] tiene que tomar el liderazgo de la comisión y contar el plan que tiene. Solo conociendo sus planes podremos especular lo que vendrá en el Findex 2020”, sentencia Trivelli.

“El plan se ha quedado en el papel. Trabajar la educación financiera dentro de la etapa escolar, por ejemplo, debería ser una de las acciones, pero no se está trabajando como se debería”, afirma Morisaki.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

Silvia Noriega, gerenta de Reputación y Responsabilidad Social del BCP, pone énfasis en otro desafío: profundizar el uso del sistema financiero entre los bancarizados. “Debemos lograr que, efectivamente, hagan transacciones digitalmente, usen su POS, transfieran desde sus cuentas, etcétera. Es decir, profundizar esa inclusión. Por ejemplo, el informe dice que más de diez millones de adultos bancarizados pagaron en efectivo sus recibos de luz, agua y teléfono. Aquí existe una oportunidad enorme”, detalla.

BRECHA DE GÉNERO
La brecha de género en el sector bancario es quizás uno de los puntos más llamativos del estudio. En el Perú, el 51% de hombres tiene una cuenta, pero la proporción se reduce a 34% para las mujeres. Esta brecha de 17 puntos porcentuales –el doble que el promedio de América Latina y más del doble del promedio mundial– ubica al Perú en una situación similar a las de países como Afganistán (15 puntos porcentuales), Palestina (19), Burkina Faso (17) o Emiratos Árabes Unidos (16).

Por ello –indica el informe del Banco Mundial–, se debe priorizar la inclusión financiera para mujeres.

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