Instituto Peruano de Economía  (IPE)

En noviembre, la inflación anual en Lima Metropolitana ascendió a 8,45% y acumuló 18 meses por encima del rango meta del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) de entre 1% y 3%. Pese a que esta ya muestra importantes signos de desaceleración, existe el riesgo de que se mantenga en niveles altos incluso más allá del 2023. Resulta clave que el nuevo gobierno asegure condiciones económicas adecuadas para la recuperación de la capacidad adquisitiva de los peruanos.

Cambios en la estructura de la inflación

A inicios del 2022, el gas para el hogar y los combustibles estaban entre los productos con mayor incidencia en la inflación de Lima Metropolitana debido al fuerte incremento de sus precios que se inició en el 2021 y se intensificó durante este año con la invasión rusa a Ucrania. Ambos productos explicaron el 14% del aumento de precios en enero. Ya en niveles altos, el incremento de sus precios se fue moderando progresivamente durante la segunda mitad del 2022, hasta llegar a representar solo el 2% de la inflación en noviembre.

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En este contexto, el incremento de los precios de los alimentos, especialmente en el sector restaurantes, cobró mayor relevancia. Ello no solo fue por la crisis en Ucrania, que afectó a dos de los mayores exportadores mundiales de trigo y maíz, sino también por los mayores costos de producción como resultado de la escasez de fertilizantes y el mayor precio de la energía. Así, en noviembre, de los 10 productos con mayor participación en la inflación, siete correspondían a alimentos y bebidas, y explican más del 50% del aumento en precios (en enero, el porcentaje era del 36%).

Cabe notar que en los últimos meses también aumentó la participación del transporte por carretera en la inflación. Ello se explica, entre otros factores, por un efecto rezago ante el alza en el precio de los combustibles en el primer semestre del 2022.

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Comparativo por país

El aumento de los precios internacionales de los alimentos y combustibles ha generado altas tasas de inflación a escala global. Sin embargo, el Perú ha logrado mantener su inflación por debajo de otros países de la región. Por ejemplo, en noviembre, Chile y Colombia presentaron tasas de inflación de 13,3% y 12,5%, respectivamente, muy por encima de lo observado en el Perú (8,4%). Más aún, la inflación sin considerar alimentos y energía –cuyos precios son los más volátiles– en el Perú (5,7%) es menor a la del resto de países de la Alianza del Pacífico.

Para Diego Winkelried, profesor principal de la Universidad del Pacífico, la menor inflación en el Perú sería producto de la sólida credibilidad que posee el BCRP sobre las medidas que adopta para enfrentar la inflación. En ese sentido, el Banco Central del Perú es el que menos ha incrementado su tasa de política monetaria y el que menos inflación enfrenta. Según los últimos datos disponibles, la tasa de referencia en el Perú asciende a 7,5%, mientras que los bancos centrales de Chile y Colombia registran tasas de alrededor de 11%.

Además, Elmer Cuba, socio de Macroconsult, destaca que la inflación de otros países latinoamericanos ha sido impulsada por la fuerte devaluación de sus monedas. En efecto, al 7 de diciembre, las monedas de Chile y Colombia acumulan una depreciación de 4,7% y 21%, respectivamente. En contraste, el tipo de cambio en el Perú se ha reducido en 3,3%; es decir, el sol peruano se ha apreciado. Ello se debe, entre otros factores, a un efecto rebote tras el fuerte incremento del tipo de cambio registrado a mediados del año pasado. Asimismo, la intervención del BCRP ha contribuido a mantener estable el valor de la moneda peruana.

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Por último, Winkelried indica que las perspectivas de crecimiento menos favorables del Perú para los próximos años estarían desalentando la demanda y, en consecuencia, generando una menor presión al alza de precios. En esa línea, Cuba señala que en Chile y Colombia se han aplicado políticas económicas expansivas –como la aprobación de importantes retiros del fondo de pensiones en el caso chileno– que han impulsado a la demanda, llevando a que ambos países registren tasas de inflación de dos dígitos.

Expectativas

Según Julio Velarde, presidente del BCRP, la inflación disminuiría progresivamente en los próximos meses. Sin embargo, existe el riesgo de que esta se mantenga por encima del rango meta, incluso hacia fines del 2023. Para Hugo Perea, economista jefe de BBVA Research, la posibilidad de un año bajo en lluvias, sumado al encarecimiento en el costo de los fertilizantes, podría mantener la presión sobre el precio de los alimentos. Además, según el especialista, las altas expectativas sobre la inflación para el próximo año, las cuales incluso se incrementaron de 4,2% en octubre a 4,4% en noviembre, podrían resultar en una situación de “profecía autocumplida”, que ralentizaría aún más la caída de la inflación.

A solo tres meses de que el actual período inflacionario se convierta en el más largo fuera del rango meta del BCRP desde que se implementó en el 2001, cabe recordar que el poder adquisitivo de los hogares se ha reducido más de 15% desde que empezó la pandemia. Es clave que la nueva administración de Dina Boluarte contribuya a generar condiciones favorables para la inversión y asegurar la estabilidad fiscal del país.

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