María Rosa Villalobos

El último astronauta que pisó la luna, en 1972, fue Gene Cernan. Partiendo de la total ignorancia sobre esta temática, fue sorprendente tomar consciencia de que hace 50 años no se envían misiones a nuestro satélite. Aún más sorprendente es enterarse que el plan es tener al menos una misión lunar al año a partir del 2025-2026, años en los que los astronautas de la misión Artemis terminarían su entrenamiento y estarían listos para comenzar el viaje. Previamente, se realizarán algunas misiones a la Estación Espacial Internacional.

Quizá en 1972 el principal objetivo era llegar a la luna y regresar en una pieza a la Tierra. Pero, 50 años después, el foco está puesto en el desarrollo tecnológico para comprobar si es posible sustentar la vida en la Luna. Es decir, construir hábitats y/o desarrollar procesos en el satélite que permitan a las personas mantener una vida allí. En otras palabras, usar la Luna para nuestro beneficio, y por qué no, desarrollar tecnología que después pueda usarse de manera específica en la Tierra.

MIRA | “Lo que vemos hoy en el espacio lo vamos a ver mañana en el día a día”

Mientras Sian Cleaver, directora industrial del Módulo de Servicio Europeo del programa Orion, del área de Defensa & Espacio de Airbus, comentaba todo esto durante el Airbus Summit 2022, era inevitable pensar cómo es que hoy ya es posible trazarnos el objetivo de utilizar los elementos del espacio. Ejemplos sencillos, según Cleaver: ayudar a fabricar el aire que los astronautas necesitan para respirar durante su visita a la Luna o construir propulsores y crear combustibles que podrían usarse para ir más lejos en el espacio. Y es que, en la Luna los astronautas se enfrentan a condiciones extremas y hasta necesitan construir sus propios paneles solares para captar energía.

Por el momento, si bien este nuevo ciclo de exploración, la era Artemis, no significa que podremos mudar a la raza humana fuera de la Tierra, el concepto de exploración espacial pasa de ser un logro de la humanidad a una aventura constante que traerá consigo no solo nuevos descubrimientos, sino también muchas más preguntas que seguramente nos tomará años resolver. Pero, lo mejor es ir paso a paso. Imaginar que los elementos espaciales podrían convertirse en recursos -o ‘commodities’, eventualmente-, es como estar un paso más cerca de Los Supersónicos y un poco más lejos de Los Picapiedra.

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