A Patricia [izquierda], Verónica [centro] y Cecilia [derecha] las mantiene unidas el legado de su madre.
A Patricia [izquierda], Verónica [centro] y Cecilia [derecha] las mantiene unidas el legado de su madre.
Paola Villar S.

En el 2002, cuando Patricia Telge (PT) empezó a trabajar en Lives, la de su madre, esta facturaba US$1,5 millones y contaba con cerca de 150 trabajadores. “Todos éramos como una familia”, recuerda Cecilia (CT), su hermana mayor. Verónica (VT), la menor de las tres, resalta que ello es lo que las ha llevado a siempre tomar decisiones en equipo. Hoy, la –que cumple 27 años– cuenta con cerca de 520 colaboradores y busca enfocarse en los mejores clientes del mercado.

— Desde el 2003 ustedes empiezan a manejar la empresa. ¿Cómo les fue?
PT: Aunque fue entonces cuando las tres ya estábamos incorporadas, siempre hemos sido parte de Lives. Desde la universidad, donde trabajamos el proyecto de cómo sería la empresa. Empezamos en un lugar chico y luego mi mamá compró este local [ubicado en
Barranco]. Ella falleció hace ocho años, pero siempre tuvo una presencia fuerte en la fábrica.
VT: Y si bien somos una empresa familiar y nosotras ocupamos puestos gerenciales, todas las jefaturas que tenemos son profesionales.

— ¿Cuáles son los retos que han debido enfrentar?
PT: El primero fue cuando se abrió el mercado de EE.UU. con el ATPDEA [ley previa al TLC] en el 2002. Éramos una empresa chica y se veían órdenes por el doble [de lo que trabajábamos]. Mientras Ceci y yo apostábamos por crecer, Verónica y mi mamá no querían. No fue una pelea, pero sí posiciones diferentes. Finalmente, crecimos el doble un año, pero también perdimos un montón de plata.
VT: Ello ocurrió porque cuando uno crece demasiado, es desorganizado. Lo ideal es ir creciendo poco a poco y eficientemente. Por eso nuestro lema es ser los mejores, no los más grandes.
CT: Ese era el pensamiento de mi mamá desde que yo recuerdo. Ella decía: “Yo no quiero ser la más millonaria, sino la que mejor hace las cosas”.

— ¿Cómo les ha ido en los últimos años?
VT: Nuestro diferencial ha sido trabajar con buenos clientes, más especializados y que buscan la mejor calidad. Antes de eso, nuestro promedio de precio por prenda era US$4,20 y ahorita estamos en un promedio de US$11,90. El reto de los últimos años ha sido que todas las demás fábricas también opten por migrar a ese nicho más especializado.
PT: Ello llevó a que los precios, al momento de cotizar, se ajustaran un poco, pero fue cuestión de conseguir nuevos clientes para mantenernos. Este 2018 va a ser nuestro año récord de ventas. Esperamos llegar a un poco más de US$12 millones. Nuestro límite era ese [risas].

— Para ustedes, ¿qué significa ser reconocidas como Premios LEC?
CT: Es emocionante que se reconozca nuestra apuesta por concentrarnos mucho en nuestro personal, en clima laboral y en mantener nuestro valor diferencial como Lives.

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