Matransa duplicaría su capacidad de producción
María Rosa Villalobos

Durante su segundo ciclo universitario, Eduardo Nightingale, hoy director de la empresa comercializadora Matransa, recibió una oferta de su padre para trabajar en el pequeño taller de carpintería de 200 m2 que había alquilado en San Juan de Lurigancho.

“Era un taller artesanal de carpintero clásico de hace treinta años”, cuenta Nightingale.
Diez años más tarde, Matransa se mudó a un local propio en Villa El Salvador y actualmente cuenta con más de 1000 m2, 60 trabajadores y tecnología avanzada para la construcción y diseño de muebles y puntos de venta.

Nightingale explica que las mejoras paulatinas se debieron a sus continuos viajes a ferias tecnológicas de muebles y a los estudios que cursó en Japón. “Al comienzo no entendía mucho sobre el modelo de negocio de las fábricas de muebles pero poco a poco fui mejorando”. 

PROYECTOS
Para este año la empresa tiene dos grandes proyectos. El primero es un negocio con la empresa  automotriz Hyundai, que la eligió –tras ocho meses de evaluación– para construir los muebles de sus tiendas en varios países de Latinoamérica durante cuatro años.  

Además, ha cerrado otro proyecto con uno de los principales ‘retailers’ de terminales aéreos del mundo para renovar más de 3.000 m2 en el aeropuerto Jorge Chávez. “También pensamos entrar a la industria de ‘prefab houses’ [casas prefabricadas]”, añadió Nightingale. 

PREMIOS LEC
En cuanto a la nominación al (LEC) 2016 en la categoría Empresario de Empresa Mediana, Nightingale asegura que en nuestro país se pueden lograr grandes cosas. 

“Me da mucho orgullo que un equipo de gente que aprendió en la cancha esté haciendo cosas importantes. Somos una empresa muy flexible que se diferencia por la tecnología”, afirma. Y esto es justamente lo que el premio busca reconocer: iniciativas innovadoras que provoquen un impacto significativo en la sociedad.  

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