(Foto: El Comercio)
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Para los fanáticos de los espectáculos de Broadway no puede haber pasado desapercibido el arrollador éxito del musical llamado “Hamilton”. Basado en el libro de Ron Chernow, el guión fue escrito por el actor y cantante de origen puertorriqueño Lin-Manuel Miranda, quien además actúa en el papel de Alexander Hamilton. Este musical ha llegado a vender US$600.000 en entradas por semana (solo en Nueva York), y ha ganado premio tras premio desde su estreno en el 2015.

¿Quién es este personaje que inspiró a Lin-Manuel Miranda? Pues bien, hay tanto que decir sobre Alexander Hamilton (1757-1804) que estas líneas no serían suficientes. En resumen: incansable lector, abogado, economista y estadista. Fue uno de los padres fundadores de Estados Unidos y el primer secretario del Tesoro de George Washington. Autor de la mayoría de los Papeles Federalistas que fueron sustento para la ratificación de la Constitución de Estados Unidos y unos de los principales partícipes en la creación de las políticas económicas y financieras de ese país.

Hamilton fue esto y mucho más. Representa a quienes tienen una pasión por aprender, quienes consiguen sus metas trabajando y tienen la convicción de que con esfuerzo pueden desarrollarse en lo que saben y no saben hacer. Hamilton fue una de esas personas que tienen lo que hoy llamamos una mentalidad de crecimiento (‘growth mindset’). Las personas con mentalidad de crecimiento son exitosas en lo que hacen porque tienen claro que pueden desplegar cualquier talento y habilidad en tanto exista dedicación y perseverancia.

Carol Dweck, psicóloga de la Universidad de Stanford, es la primera que planteó este concepto de la mentalidad de crecimiento en su libro “Mindset”. Dweck explica que esta se opone a una mentalidad fija (‘fixed mindset’) basada en la creencia de que se nace con un talento e inteligencia invariables. Las personas con mentalidad fija creen que sus habilidades están esculpidas en piedra y, por ello, requieren constante validación. En esta línea, la última edición del “Harvard Business Review” toma conceptos de Dweck para señalar que el enfocarse en ser mejores mediante el desarrollo de habilidades en lugar de buscar constante aprobación es una de las principales características de personas que logran el éxito en sus respectivos campos.

En relación con esto, no puedo estar más de acuerdo con lo señalado en el editorial publicado en este Diario el último domingo respecto al posible nombramiento de nuevos ministros. La discusión no debe estar en si necesitamos políticos o técnicos para encabezar los ministerios. Como hemos explicado, los talentos son moldeables; por lo tanto, una persona técnica podrá desarrollar habilidades políticas y viceversa.

Necesitamos que personas con mentalidad de crecimiento lideren los ministerios, convencidas de que pueden lograr sus metas independientemente de si son abogados, actores, profesores o economistas. Necesitamos un Gabinete cuyo enfoque no esté en “cortar cintas” ni pendiente de los porcentajes de aprobación, sino un Gabinete liderado por personas concentradas en desarrollar las habilidades que requieren para su cargo sin temor a equivocarse. Necesitamos un Gabinete ministerial con personas que aspiren a ser como Alexander Hamilton.

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