Es necesario generar un espacio en el que las mineras señalen sus necesidades y las empresas proveedoras innoven para resolverlos, considera Molina. (Foto: Lino Chipana)
Es necesario generar un espacio en el que las mineras señalen sus necesidades y las empresas proveedoras innoven para resolverlos, considera Molina. (Foto: Lino Chipana)
Luis Fernando Alegría

El en el Perú es clave para el desarrollo del país, y hay un enorme potencial por explotar de los proveedores para empresas mineras. Oswaldo Molina,Investigador asociado al Centro de Estudios sobre Minería y Sostenibilidad (CEMS)
de la Universidad del Pacífico, elaboró una investigación al respecto y contó su visión del panorama.

—¿Por qué países como Australia y Canadá se han desarrollado en base a la minería?
Hace mucho tiempo se dieron cuenta de que la minería no es solo la extracción del mineral, sino que tiene toda una cadena de valor de todos los proveedores mineros. Hoy tienen una importancia muy significativa en sus economías. Entonces, ese es el paradigma de lo que debería ser la minería: poder generar estos proveedores que exporten sus servicios a otros países.

—¿Qué tan beneficioso puede ser esto?
En el 2012, por ejemplo, en Australia los proveedores para la minería exportaron bienes por US$27.000 millones, y tuvieron ingresos por ventas de US$90.000 millones.

—¿Y en países menos desarrollados se ven estos esfuerzos?
En Chile están haciendo algo parecido. Tienen planes muy concretos para promocionar a sus proveedores de minería y darles un valor.
Por ejemplo, esperan desarrollar más de 250 proveedores de clase mundial al 2035 y exportar US$10.000 millones.

—¿Cómo lo están implementando?
Ahí hay un tema de interacción entre las grandes mineras y las empresas. Ellos tienen un programa de proveedores de clase mundial, donde hay un proceso en que las mineras señalan sus necesidades y se genera un mercado para conseguir soluciones. Los proveedores alcanzan las soluciones a través de la Fundación Chile, que dirige el programa. Luego esa solución puede externalizarse al resto de las empresas mineras.

—¿Y ya están cosechando ese esfuerzo?
Según la Fundación Chile, las empresas nacionales proveedoras de minería llegaron a exportar alrededor de US$700 millones en el 2012. El número de empresas está en alrededor de 400 registradas.

—¿Qué hace falta para que este sector despegue en el Perú?
No tenemos mecanismos para unir al proveedor con las empresas mineras, el Estado, las universidades. No tenemos ninguna institución intermedia que este dispuesta a liderar esto.

—¿De dónde podría venir esa chispa?
Creo que deberían ser o las universidades o la Sociedad Nacional de Minería.

—¿Cómo es el proceso de innovación en el Perú?
Acá no hay casos de empresas nuevas, start-ups, que hayan generado innovación. Creo que la razón detrás de eso es que todavía existe, del lado de las mineras, una reticencia a arriesgarse por nuevos proveedores. Eso tiene una implicancia muy concreta: como conocen a las empresas, luego de eso están dispuestas a aceptar sus innovaciones. Por el lado de los proveedores, hay riesgos de innovar y que no me lo compren.

—¿Por qué?
Las comunicaciones entre las mineras y proveedores son jerárquicas y es difícil ingresar. La prueba es que los más exitosos son los que ya tenían muchos años en el mercado, y necesitamos generar un ambiente que permita que las start-ups también puedan participar.

—¿Qué experiencias de innovaciones le parecen resaltantes?
A pesar del poco apoyo del Estado, ha habido innovaciones bien interesantes. Las peruanas Resemin y Tumi hacen maquinaria. En Exsa crearon una tecnología que se llama Quantex, que ayuda a la fragmentación de piedras.

—¿Cómo hicieron para tener éxito?
Ellos sí pudieron innovar con innovaciones de clase mundial. En este caso fue porque el tipo de maquinaria que hacen es para un nicho muy específico del Perú, entonces estaban de alguna manera protegidas de la competencia extranjera. Han creado maquinaria muy interesante y la han exportado a muchos países, con mucho éxito.

—¿Qué tan exitosas han sido?
Resemin, por ejemplo, representa el 2,5% del mercado mundial y 60% del mercado local. Debe ser la cuarta empresa del mundo, y los tres primeros son jugadores muy grandes. Exporta a más de 12 países y emplea a más de 400 personas.

—¿Cuál ha sido el rol del Estado en todo esto?
Ha habido poco apoyo estatal, pero esto está cambiando. Las empresas innovadoras no registraban la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D). Eso refleja qué tan lejanas están las empresas de todo esto, y no lo hacían porque no había ningún incentivo tributario para hacerlo.

—Entonces, ¿es clave empujar esto como parte de una idea de diversificación?
Las reservas que tiene el Perú te dicen que es importante hoy y lo seguirá siendo en el futuro, entonces no mirar este potencial es una torpeza. Entender la minería como un espacio para generar más cadenas de valor es mucho mejor márketing para la industria minera de lo que ha tenido en las últimas décadas.

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