Los bancos centrales acuerdan relajar los estándares mínimos de liquidez para los bancos comerciales que exigían en las nuevas normas de supervisión de Basilea III, para evitar reducir el crédito y perjudicar la recuperación económica.

El Banco de Pagos Internacionales (BPI) informó hoy de que la decisión es una contribución para asegurar que los bancos tengan suficientes activos líquidos para evitar que los bancos centrales se conviertan en prestamistas de primera instancia.

REGLAS NUEVAS El Comité de Basilea de Supervisión Bancaria ha acordado por unanimidad revisar la definición de activos líquidos de alta calidad y de salidas netas de efectivo, por lo que los bancos podrán usar más activos para cumplir los estándares de liquidez mínimos exigidos.

Los bancos podrán utilizar ahora algunas acciones, bonos de titulización de hipotecas residenciales y deuda empresarial con una calificación de crédito más baja.

No obstante, estos tres tipos de activos no pueden contabilizar más del 15% del total de activos líquidos de alta calidad del banco y tendrán un recorte mayor. Asimismo los supervisores internacionales han prolongado cuatro años el plazo de aplicación completa de los nuevos estándares de liquidez.

Basilea III, que debía aplicarse a lo largo de este año y debía servir para evitar los efectos de una nueva crisis financiera, exigía a los bancos tener suficientes activos líquidos de alta calidad, que consisten en efectivo o activos que se pueden convertir en efectivo con facilidad sin pérdida de valor durante 30 días en un escenario de tensión.

El ratio de liquidez se introducirá, como estaba previsto el 1 de enero de 2015, pero los requerimientos mínimos comenzarán al 60 % y ascenderán gradualmente 10 puntos porcentuales anuales hasta alcanzar el 100 % el 1 de enero de 2019. Este acercamiento gradual está diseñado para asegurar que el ratio de liquidez se puede introducir sin perjudicar el sistema bancario o la financiación de la actividad económica en marcha, dijo el BPI en un comunicado.