El presidente de Turquía dijo que desafiarán las presiones de EE.UU. (Foto: AP)
El presidente de Turquía dijo que desafiarán las presiones de EE.UU. (Foto: AP)
José Larrabure

En los últimos días hemos visto un incremento en la volatilidad del tipo de cambio y una devaluación del sol con respecto al dólar estadounidense. Llama la atención que la principal causa de la reciente pérdida de valor de nuestra moneda esté asociada a una crisis económica en , un país bastante lejano, con una economía no tan relevante a nivel mundial y con el que tenemos pocos lazos comerciales.

Sin embargo, en un mundo globalizado existen distintos canales de contagio que explican este fenómeno.

La economía ha venido creciendo en los últimos años, por encima de su potencial, impulsada por una política fiscal bastante expansiva y un banco central que no muestra una clara independencia en su política monetaria.

Todo esto trajo un incremento en los niveles de inflación en los últimos años y el presidente Erdogan se rehúsa a recortar el gasto público o apoyar un alza de tasas por parte del banco central para contener las expectativas inflacionarias.

Como consecuencia, la lira turca se ha depreciado más de 60% contra el dólar solo en el 2018. Para colmo de males, el Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) implementó recientemente sanciones económicas a Turquía como represalia por el encarcelamiento de un pastor estadounidense acusado de espionaje. Esto último sirvió como catalizador de una crisis que se venía incubando hace varios años por la política económica populista de Erdogan.

¿Cómo puede afectar esta situación a los mercados globales y específicamente al Perú?

A nivel global este problema viene a sumarse a un mercado ya inestable por las tensiones comerciales entre EE.UU. y China. Todo esto alimenta una sensación de temor entre los inversionistas y, por ende, una caída en los activos de mayor riesgo como son las acciones, bonos de mercados emergentes y monedas.

Si bien el Perú muestra una posición macroeconómica bastante solvente, los grandes inversionistas del exterior toman posiciones en mercados emergentes a través de índices que agregan a un grupo de países y ante el incremento de riesgo en algunos de ellos venden toda la posición, generando un efecto de contagio.

Grandes capitales “turistas” que invierten en estos mercados de manera especulativa cierran sus posiciones generando venta de activos como el EPU (acciones locales), bonos soberanos y el sol. Puntualmente el tipo de cambio se ve afectado por la compra de dólares por parte de estos inversionistas para protegerse ante el riesgo de una devaluación o para poder repatriar su capital.

Ahora bien, también es importante resaltar que el precio del cobre, nuestro principal producto de exportación, ha sufrido una caída importante en el año como consecuencia del temor que hay sobre una desaceleración del crecimiento en China, así que también tenemos factores fundamentales que explican un tipo de cambio más alto.

De llegar a un acuerdo comercial entre EE.UU. y China, la situación en Turquía debería pasar a un segundo plano y podríamos tener un entorno más favorable para el sol, como el esperado hasta hace pocos meses.

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