China acusó a Estados Unidos de lanzar "la mayor guerra comercial". (Getty Images)
China acusó a Estados Unidos de lanzar "la mayor guerra comercial". (Getty Images)
Redacción EC

Las entre y (conocido en inglés como Trade War) vienen teniendo un impacto diferenciado en los distintos .

El reciente informe semanal de el Departamento de Estudios Económicos del Scotibank explica que, en el caso de EE.UU., el se ha fortalecido casi 5% desde el fines de abril (momento en que los mercados internalizaron los efectos de la “guerra comercial”), mientras que las bolsas han registrado alzas moderadas (4,8% en el índice S&P y 2,5% en el índice ). La data económica muestra un buen desempeño durante la primera mitad del año, con un ritmo de en aumento –no visto desde febrero del 2012-, y un mercado laboral sólido. No obstante, la incertidumbre mundial empieza a hacer mella en la , que descendió en julio.

El impacto ha sido significativo sobre China, los precios de los metales, y los mercados emergentes. En este último, el índice MSCI ha caído de abril a junio un 8,2%.

La ha caído 8% en el periodo bajo análisis, reflejando la preocupación de los inversores sobre el nuevo entorno de negocios. Tras un crecimiento económico de 6,7% durante el segundo trimestre del presente año, fue el seis de julio cuando empezó formalmente la “guerra comercial” entre EE.UU. y China, luego de que ambos países establecieran aranceles por un monto de US$34 mil millones sobre sus .

El gobierno chino ha respondido con la aplicación de aranceles también, pero el ámbito de acción es más limitado para China, pues el abultado déficit comercial lo tiene EE.UU. Ante esta represalia, el presidente anunció aranceles adicionales, esta vez sobre US$200.000 millones, que entrarían en vigencia a partir de fines de agosto. Hasta ese entonces aún es posible reabrir conversaciones para aliviar las tensiones según el secretario del Tesoro de EE.UU., .

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Las autoridades chinas han permitido una depreciación del chino mayor al 6% desde ese entonces hasta ahora y ha cambiado la orientación de la política monetaria volviéndola más expansiva, reduciendo encajes y brindando facilidades en un esfuerzo por impulsar el crédito. En el ámbito comercial, presentarán una nueva demanda ante la Organización Mundial de Comercio (), considerando como "conducta unilateral" la posición de EE.UU.

Los han registrado correcciones significativas, principalmente el cobre (-12%), que marcó su nivel mínimo en el año el 11 de julio en US$2,74 por libra, y en menor medida el precio del oro (-7%). En ambos casos los niveles críticos de soporte técnico se ubican en US$2,70 por libra y US$1.244 por onza.

La significativa corrección de los precios de los metales ha derivado en precios promedio menores a los esperados, reduciendo la expectativa de alza de los términos de intercambio, aunque no en la magnitud suficiente como para afectar sensiblemente la . Para este escenario los precios de los metales deberían ubicarse en promedio por debajo de los registrados en el 2017.

El impacto más visible ha sido sobre los . Las recomendaciones de inversión han cambiado en algunos casos de “sobre ponderar” a “neutral” en varios administradores de fondos. Si bien el ha dejado sin cambios sus proyecciones para la economía
global y para EE.UU., ha revisado hacia la baja el de , de 2% a 1,6% para este año, y de 2,8% a 2,6% para el 2019.

En relación al , Argentina, Turquía e Indonesia han sido las más afectadas. En la región, el real brasilero se depreció 13%, agravado por problemas fiscales. En la Alianza del Pacífico, la depreciación estuvo liderada por el peso chileno (9%), el peso colombiano (4%), el peso mexicano (2%) y el sol peruano (2%).

En el caso del Perú, las primas de riesgo se han elevado 11pbs (medidos por el índice EMBIG+ y el CDS a 5 años), mientras que el rendimiento del Bono Soberano se ha elevado 42pbs, un movimiento acotado si se compara con otros instrumentos similares.

De acuerdo con el BCR, el impacto sobre el Perú no ha sido tan significativo, a diferencia de otros episodios de volatilidad, en parte debido a los buenos fundamentos de la (alto nivel de reservas internacionales y bajo déficit de cuenta corriente). De acuerdo con el MEF la tenencia de bonos soberanos por parte de extranjeros se mantuvo relativamente estable entre 39% y 40% hasta fines de junio, según datos más recientes.

El fortalecimiento temporal del dólar, tomado como activo refugio, pero principalmente la corrección significativa de los precios de los metales, llevaron a Scotiabank a revisar su proyección de tipo de cambio. No en términos de dirección, pues los fundamentos económicos del Perú incluso han mejorado durante los últimos meses: señales más visibles y generalizadas de recuperación económica, expectativas de inflación estables y dentro del rango objetivo, mejor posición fiscal y superávit comercial; pero sí en términos de magnitud, pues en adelante esperan que la apreciación del sol sea menor que la inicialmente esperada. Por ello, elevaron su proyección de tipo de cambio para fin del año de S/3,18 a S/3,22.

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Desde la entidad bancaria creen que existe el riesgo de que el periodo de turbulencia persista por un tiempo más, pero los mercados se adelantan a los hechos, y buena parte de la corrección vista es un anticipo de lo que vendrá.

La “guerra comercial” se produce en un contexto de desaceleración de , con un cambio en el sentimiento del inversor que se refleja en una bolsa sin fuerza hacia el alza y una depreciación de 5% del euro.

Asimismo, la de EE.UU. ha venido retirando sus estímulos monetarios, con alzas en las de referencia (dos alzas de 25pbs en lo que va del año, esperándose dos alzas más de 25pbs cada una en lo que resta del año) y reduciendo progresivamente su hoja de balance. No obstante, desde el 20 de abril, las tasas de interés dejaron de subir. En los últimos tres meses, la tasa Libor ha descendido 2pbs y el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años ha retrocedido 10pbs a pesar del fortalecimiento del dólar durante ese periodo.

La incertidumbre asociada a la “guerra comercial”, la volatilidad del precio del petróleo (con consecuencias inflacionarias y recesivas) y el aumento progresivo de las tasas de interés (con el consiguiente encarecimiento del costo financiero), aumentan la probabilidad de desaceleración de la economía mundial durante la segunda mitad del 2018.

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