Innovación requiere política pública y alianza academia-empresa
Innovación requiere política pública y alianza academia-empresa
Abraham Taipe

El último Índice Global de Innovación de la Organización Mundial de , la escuela de negocios Insead y la Universidad de Cornell nos da dos lecturas: el Perú repite el puesto 71 y acumula un avance de 17 posiciones desde el 2010, pero sigue rezagado respecto a los socios de la Alianza del Pacífico. 

El Perú se encuentra más rezagado en los subíndices de capital humano e investigación y productos de conocimiento y tecnología. En tanto, está mejor ubicado en los pilares de sofisticación de mercado y negocios. 

Gisella Orjeda, presidenta del , dice a El Comercio que, durante años, la ciencia, tecnología e innovación (CTI) han estado abandonadas. “Chile tiene 19.000 investigadores del más alto nivel, el Perú cuenta con 2.200”, detalla. 
Orjeda explica que, para resolver este déficit, el Concytec ha lanzado la política nacional de CTI. “En los primeros 100 días del gobierno, lanzaremos la estrategia nacional de CTI, donde diremos cómo alcanzaremos los objetivos y el presupuesto que necesitaremos”, añade.
 
—¿Por buen camino?—
Ana Sobarzo, gerenta general de Bioincuba de la Universidad Cayetano Heredia, afirma que el gobierno anterior se preocupó por incentivar la CTI al dotar de mayor presupuesto al Concytec, crear el programa de fondos concursables Innóvate Perú y otorgar beneficios tributarios a la innovación. 

Algunas de estas políticas han sido criticadas por destinar recursos públicos a actividades privadas. El economista Iván Alonso, en un artículo publicado en El Comercio, ha propuesto fortalecer el sistema de patentes en lugar de otorgar incentivos. 

Según el ránking de innovación, una pieza que falla es la relación entre la academia y el sector empresarial. “El número de universidades que apuestan por la investigación e innovación es mínimo”, sostiene Eduardo Ísmodes, ex director del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la PUCP. 

Ísmodes cree que los líderes empresariales y un mayor número de universidades deberían hacer un pacto para impulsar la innovación en el país. “Si es así, los resultados podrían verse en 10 años, para estar entre las 50 primeras del mundo”, dice.
No obstante, para el economista del Banco Mundial Norman Loayza, la innovación no parece muy arraigada en la cultura empresarial local. En un estudio publicado en junio, Loayza cita una encuesta a microempresas peruanas que muestra que la creatividad es la habilidad menos requerida para contratar trabajadores. 

“Se está dejando de lado a los que pueden traer nuevas técnicas; se está ignorando a los que quieran y podrían ser capaces de revolucionar procesos; se margina a aquel que traiga nuevas ideas”, sentencia el estudio de Loayza.

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