CCL registró 35 casos de empresas estafadas en el exterior
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Redacción EC

(EFE). La subida de los  se ha desacelerado desde 2012 a nivel mundial, al pasar del 2,5% registrado ese año al 1,7% en 2015, lo que representa su nivel más bajo en cuatro años, reveló hoy un nuevo estudio de la .

Si en este cálculo se excluye a China, donde los salarios aumentaron a un ritmo mayor que en ninguna otra parte del mundo, la subida de los salarios globales es incluso menor, al pasar de un 1,6% a un 0,9%, según el Informe Mundial sobre Salarios 2016-2017.

Según la OIT, tras la crisis financiera entre 2008 y 2009 el aumento del salario real comenzó a recuperarse en 2010, pero se desaceleró a partir de 2012.

En el periodo posterior a la crisis la subida salarial fue impulsada en gran parte por el aumento relativamente sólido de los salarios en las regiones y países en desarrollo. Sin embargo, esta tendencia se ha ralentizado más recientemente o incluso se ha revertido.

Así, entre los países emergentes y en desarrollo que forman parte del G20, el aumento del salario real pasó de ser del 6,6% en 2012 al 2,5% en 2015, según la OIT.

En cambio, en los países industrializados de este grupo aumentó desde un 0,2 % en 2012 a un 1,7% en 2015, la tasa más alta de los últimos diez años.

El año pasado, los salarios aumentaron un 2,2% en Estados Unidos, un 1,5% en la Europa Septentrional, Meridional y Occidental y un 1,9% en los países de la Unión Europea (UE).

No obstante, la recuperación del salario en algunas economías desarrolladas no fue suficiente para contrarrestar el descenso en los países emergentes y en desarrollo.

La directora general adjunta de Políticas de la OIT, Deborah Greenfield, expresó su preocupación por la evolución de los salarios, dado que puede afectar a los ingresos de los hogares y por ende al consumo, a la demanda agregada y contribuir a la deflación.

El informe de la OIT constata grandes diferencias entre las regiones con economías en desarrollo.

Indica, por ejemplo, que en 2015 el aumento de los salarios se mantuvo relativamente sólido en un 4,0% en el sudeste asiático y el Pacífico, mientras que disminuyó a un 3,4% en Asia central y occidental y se situó aproximadamente en un 2,1 % en los estados árabes y en un 2,0% en África.

Por contra, los salarios reales bajaron el año pasado en un 1,5% en América Latina y el Caribe, en gran medida por el descenso de los salarios en Brasil, y en un 5,2% en Europa del este, debido principalmente a la caída de los sueldos en Rusia y Ucrania.

En cuanto a la distribución de los ingresos, la OIT destaca que la disparidad "se agudiza en la cima" de la escala salarial.

Los sueldos suben gradualmente por niveles, pero se incrementan drásticamente para el 10% que se ubica en lo más alto de la escala y más aún para el 1% de los empleados mejor remunerados.

En Europa, el 10% de los trabajadores mejor retribuidos percibe de media un 25,5% del volumen total de los salarios pagados a todos los trabajadores en sus respectivos países, lo que es casi lo mismo que recibe el 50% de los peor remunerados (un 29,1%).

La diferencia del salario que recibe el 10% de los trabajadores mejor pagados es aún más grande en algunas economías emergentes como en Brasil, donde este segmento de trabajadores percibe el 35% de la masa salarial, en India (un 42,7%) y en Sudáfrica (49,2%).

También por género siguen existiendo desigualdades: mientras que la diferencia salarial por hora entre hombres y mujeres en Europa es de alrededor del 20%, para el 1 % en la escala más alta de los salarios llega a ser el 45%.

Entre las mujeres y los hombres que ocupan cargos de alta dirección en el 1% superior, la diferencia es de más del 50%.

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