Jair Bolsonaro
Jair Bolsonaro
Redacción EC

Este domingo logró la presidencia de  tras ganar las elecciones en la segunda vuelta con un 55% de los vot0s. De esta manera, el candidato de extrema derecha consiguió 11 millones de votos más que el Partido de los Trabajadores, cuyo candidato era Fernando Haddad.

Los mercados brasileños, que venían recibiendo con euforia su auge en las encuestas, han demostrado estar felices con la elección de Bolsonaro. El principal índice de Brasil, Bovespa, abrió este lunes 29 de octubre —un día después de las elecciones— con una alza del 3%, en tanto que el real brasileño subió con fuerza hasta máximos de cinco meses frente al dólar. Petrobras, principal compañía estatal de petróleo de Brasil, arrancó con un ascenso del 3,5% y Eletrobras, un 3,5%.

El Economista resalta que el real brasileño ha llegado a subir casi un 7% tras conocerse los resultados de la primera vuelta y el liderazgo de Bolsonaro entre el pueblo de Brasil, tocando los niveles máximos desde mayo.

En este contexto, resulta particular la emoción de los inversionistas con un candidato que ha declarado públicamente no entender nada sobre economía. Gran parte de esta se debe a Paulo Guedes, un gurú de la economía brasileña y principal asesor del flamante presidente electo, que ascenderá a ministro de Economía de Brasil. ¿Cuáles son sus planes?

LA AGENDA ECONÓMICA DE BOLSONARO
Eduardo Bolinches, analista colaborador de ActivTrades, precisó que los inversionistas están esperando la comparecencia de Bolsonaro y Guedes sobre si se privatizará a grandes empresas como Petrobras y el Banco de Brasil. Existen motivos para dudar, pues, mientras el plan de Gobierno de Bolsonaro detalla que se darán privatizaciones, el candidato ha mostrado en reiteradas oportunidades no estar totalmente de acuerdo con la venta de firmas en sectores "estratégicos" del país, como energía.

Jair Bolsonaro
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"Poco importa que estas recetas [que tome el gobierno de Bolsonaro] sean o no las correctas para reflotar una economía asfixiada por las deudas que apenas crece o que las libertades para los brasileños se vean mermadas a partir de ahora. Aquí lo que realmente gusta a los mercados es que va a salir carne fresca al mostrador y eso siempre es de agradecer", indicó el especialista.

A través de la privatización de grandes empresas estatales, como lo son Electrobras, Petrobras y el Banco de Brasil, se apuntaría a reducir el alto nivel de deuda pública de Brasil, que actualmente asciende a 75% del PBI.

Otro aspecto fundamental es el sistema de pensiones brasileño. Según un reportaje del New York Times, las pensiones significan el 13% del PBI de Brasil y el número seguirá aumentando si no hay una reforma.

Guedes ha dejado claro que se necesita dicha reforma. Bolsonaro ha propuesto entre sus lineamientos el desarrollo de un sistema de capitalización individual —modelo de cotizaciones que tienen los sistemas privados de Perú y Chile— que funcione de forma paralela al de reparto que actualmente existe en Brasil, con lo cual el futuro ministro de Economía está de acuerdo.

Otro aspecto que ha mellado en el sistema previsional carioca es la edad de jubilación: las personas se pueden jubilar a los 55 años (hombres) o 52 años (mujeres) y con el 70% de su salario.  El economista Rogério Nagamine, máster en economía y experto en políticas previsionales del Instituto de Investigación de Economía Aplicada de Brasil , explicó a BioBioChile por qué esto no es sostenible.

“En términos reales, el gasto del régimen general[de pensiones] aumentó un 6,5% real (por encima de la inflación) por año de 1995 a 2017. Con el envejecimiento poblacional, el incremento del gasto, que ya viene a ritmo insostenible a medio y largo plazo, tiende a crecer de forma explosiva en las próximas décadas”, resaltó.

De otro lado, ha generado preocupación en el bloque latinoamericano la visión de Bolsonaro sobre los acuerdos comerciales. El presidente electo, durante su campaña, ha dejado claro su sesgo proteccionista.

En esa línea, Guedes habló  del bloque regional Mercosur, el cual consideró "demasiado restricto para lo que estamos pensando".  "No seremos prisioneros de relaciones ideológicas. Haremos comercio", remarcó.

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