Martín Naranjo, presidente de Asbanc. (Foto: Difusión/Asbanc)
Martín Naranjo, presidente de Asbanc. (Foto: Difusión/Asbanc)
Paola Villar S.

En las últimas semanas en el Congreso de la República se han presentado iniciativas que buscan condonar o congelar los pagos de diversas deudas que puedan tener los clientes con las entidades financieras, debido al impacto económico del COVID-19 en la ciudadanía. Conversamos con Martín Naranjo, presidente de la Asociación de Bancos del Perú (), sobre el impacto que tendrían estas medidas y la posibilidad de que las reprogramaciones de pago para los clientes del sistema financiero puedan extenderse a la par de la extensión del estado de emergencia nacional.

MIRA: Reactiva Perú entra a segunda etapa: ¿Cuántas más empresas podrán obtener créditos de este programa?

¿Cómo ven el avance de Reactiva hasta ahora y que esperan de estas modificaciones con el nuevo reglamento para la segunda fase del programa?

Los primeros S/30.000 millones de Reactiva 1 avanzaron bien, el esquema completo es un diseño que se define en torno a las ventas y al gasto en planilla. Eso siempre requiere cierta formalidad. De los S/30.000 millones se han colocado más o menos, por número de operaciones, el 70% en pequeñas y medianas empresas (pymes). Además se ha hecho un esfuerzo por incorporar a más pymes. Hay innovaciones muy interesantes, como el trabajo que hace Scotiabank con las bodegas para llegar junto a Backus a los pequeños negocios.

En Reactiva 2 hay cambios importantes. Primero, ahora son tres meses de ventas [en los requisitos de acceso para determinar los montos]; y segundo, se permite que el préstamo se asocie con los créditos anteriores. Eso hace que puedas llegar a más pymes de acuerdo a su historia de crédito, más que por su historia de gasto en planilla o de ventas. Esto implica utilizar la información que genera el banco respecto a la capacidad de pago de cada quien, que se refleja en la historia crediticia. Es importante y va a ayudar a llegar con mayor profundidad al sector pyme, que está recibiendo los golpes más difíciles.

Hubo quejas de distintos gremios sobre el programa, y se argumentó que no alcanzaba a las empresas más pequeñas. ¿Consideran que se les dio poca prioridad o que hubo lentitud?

En la práctica, por número de operaciones, las pymes son las que han recibido el 70%. También, por número de operaciones el 30% son clientes que no tenían créditos antes o que no eran clientes de los bancos. Cuando ves los reclamos o demoras [ello] implica que hay un trabajo pendiente por hacer y hay una demanda insatisfecha así como problemas que atender, sin duda. Pero hay una parte que no ves, que es qué opinión tienen los negocios que sí recibieron [los créditos] y cómo los atendieron para resolver su problema. Esa parte no la tenemos tan visible porque no es tan expresiva en medios. Pero igual el diseño del programa primero está dirigido a formales, porque requieren que la calificación de la deuda sea normal o la siguiente categoría de riesgo. Cuando ves a las pymes, son un número importantísimo de empresas y son vitales para nuestra economía; y ahí se concentra la informalidad también. [...] Es más difícil, porque [el programa] está pensado para alguien que tiene la información muy a la mano [de historial crediticio, ventas o planillas] y esto es definitivamente para empresas de escala un poco mayor. Es evidente que hay mucho trabajo que hacer todavía y los cambios de Reactiva 2 van a ayudar muchísimo a movernos en esta dirección. Saludamos estos cambios porque van a permitir llegar mejor a segmentos pyme.

¿Usted considera que Reactiva como programa sí está siendo democrático? Por las cifras que comenta, ¿podemos hablar de inclusión a empresas más chicas o hubo problemas en la canalización de los fondos a mypes como se criticaba?

El gran objetivo de Reactiva es preservar los niveles de liquidez. Lo que tenías que lograr es que los recursos lleguen muy rápidamente y eficientemente a las empresas. Utilizar al sistema [financiero] como un canal, como una tubería de liquidez. Lo importante es que esa cantidad de recursos llegue al sistema para mantener la actividad. Ese es el objetivo primario. Luego, cómo se distribuye depende de los parámetros que vas estableciendo para que esto sea ejecutable en los contratos entre las partes. Juzgando por ese objetivo primario, [Reactiva Perú] es un éxito completo. Estas subastas con el BCR es una idea magnífica porque te ayuda a canalizar con rapidez.

Ahora, cuando en la práctica ves que es mucho más fácil hacer una operación de S/10 millones que 10 operaciones de S/1 millón, o un millón de operaciones de S/10, porque cada una es operativamente equivalente, sí es importante que vayas levantando los requisitos y modificando las condiciones.

Una de las condiciones de las que se habló mucho con anterioridad y que generó debate fueron las garantías otorgadas por el MEF. Finalmente estas no han sido modificadas. ¿Hay algún problema desde el sector bancario en que se den garantías al 100%?

Más allá de si son por 80% o 98%, o por 100%, el riesgo principal no es el del crédito, que está asegurado por el propio gobierno, es el operativo. Se tiene que llevar a cabo un análisis minucioso de cada cliente y asegurarse que cumple con todas las condiciones para que la garantía sea válida cuando tenga que ejecutarse, que va a ser dentro de dos o tres años. Con ese riesgo operativo vas a tener que vivir igual. Desde esa perspectiva, siendo que ese es el principal componente de riesgo remanente, si es 98%, 100% o 80%, siempre ayuda, es importante, pero no es un determinante desde la perspectiva del intermediario.

Vistas aŽreas desde el drone de distritos lime–os luego de declarar la medida de aislamiento social y cierre de las principales v’as. Daniel Apuy 7 GEC
Vistas aŽreas desde el drone de distritos lime–os luego de declarar la medida de aislamiento social y cierre de las principales v’as. Daniel Apuy 7 GEC
/ Daniel Apuy

Desde el sector financiero se ha expresado preocupación por las iniciativas que buscan la condonación de intereses compensatorios y moratorios por pago de deudas bancarias. ¿Cuál es su posición sobre estos proyectos?

Todas las modificaciones que se hagan en la institucionalidad financiera o económica tienen que ser naturalmente bien pensadas, meditadas y reflexionadas. A mí me da la impresión que no estamos siendo muy conscientes de que hay que tomar en cuenta todos los contras o los beneficios directos e indirectos [de la iniciativa] en la sociedad y en el corto, mediano y largo plazo [de las medidas]. Tienes que ver cuál es el impacto de esas medidas respecto a tu estrategia de inclusión financiera, de formalización, de crecer en base a mayor formalidad; o si prefieres créditos informales, racionamiento o restricción del crédito. [Se debe analizar] cuál es el impacto que esto tendría sobre los propios depositantes, sobre el tesoro público en caso los depositantes requieran recurrir al seguro, cuál es el impacto de esto en la industria de microfinanzas, y además considerar nuestra historia. Hemos probado esta vía [antes] y ha funcionado muy mal. Como decía, no funciona ni en la teoría ni en la práctica ni en ningún mercado.

¿Qué riesgo podrían correr la banca y las microfinancieras si se aprueban estas iniciativas? ¿En qué situación se los dejaría?

Impacta en todos los intermediarios, y más en los más pequeños y los menos diversificados. Mientras más diversificado estés o mayor escala tengas, puedes absorber mayores golpes. En este caso es un golpe que le caería a todos y el impacto puede ser muy negativo. Pero lo va a ser para la sociedad, las personas, porque afecta el crecimiento y el empleo, así como tus capacidades de poder conseguir trabajo, y afecta tus depósitos. En el sistema financiero en general hay el doble de depositantes que de deudores. Hay más depositantes que deudores. Entre nuestros asociados se tienen 10 millones de depositantes y cinco millones de personas naturales deudoras. Hay más por un lado, pero son indesligables. Tu puedes afectar a los depositantes pero al afectarlos también impactas en la capacidad de prestar de los intermediarios y eso retrasa tu capacidad de reactivación exactamente cuando más la necesitas. Creo que sí es importante que estas medidas se evalúen y mediten bien, con profundidad, en todos los aspectos en los que puede impactar.

¿Han tenido algún acercamiento con el Congreso o han sido invitados a opinar sobre las iniciativas?

Todavía no tengo una invitación formal pero esperamos que cuando la comisión correspondiente lo juzgue conveniente, nos invite. Con todo gusto iremos a explicar las posibles consecuencias o acompañar a evaluar estas medidas a las comisiones del Congreso. Estamos muy dispuestos a participar en el momento en que seamos convocados.

Bancos están reprogramando las deudas de sus clientes.
Bancos están reprogramando las deudas de sus clientes.
/ MANUEL MELGAR

Hay más proyectos en el Congreso que se involucran con el sistema financiero y las facilidades de pago a raíz del COVID-19. ¿Cómo trabajar más de cerca a nivel técnico con estas autoridades para evitar que las propuestas generen más males que beneficios?

Corresponde pensar bien. No podemos esperar decisiones ligeras o improvisadas. Debemos esperar que las comisiones del Congreso, en nuestra democracia, hagan bien su trabajo, y estamos muy llanos a colaborar con eso.

Con respecto a las reprogramaciones de deudas, ¿Cuántas ya se han dado en el sistema financiero?

Los números que tengo a la vista que involucran a bancos, financieras y microfinancieras, son ocho millones de créditos y cerca de 120 mil millones de soles. Esto es más o menos un tercio del portafolio total, 17 puntos del PBI, es realmente significativo. Dentro de eso, así como un tercio del saldo total ha sido reprogramado, esto no es que sea un tercio en cada segmento. Hay segmentos que tienen reprogramaciones más importantes. En el caso de la pequeña y micro empresa, son dos tercios del saldo total. En el segmento de las empresas microfinancieras, estas han reprogramado también por encima de dos tercios de su portafolio total. Sí hay un apoyo significativo por diferentes mecanismos. Además está el programa del FAE (Fondo de Apoyo Empresarial), dirigido a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y especialmente diseñado para llegar a ellas. Hay un esfuerzo grande de toda la industria y un tratamiento individual. En el tiempo se irá cubriendo todo el portafolio par que el tratamiento corresponda a la situación concreta de los clientes.

Dada la extensión de la cuarentena y la afectación económica de la misma, ¿se está considerando extender estas reprogramaciones o sabe de bancos que consideren esta medida?

Creo que es posible. Espero que sí [lo estén considerando]. Se requiere también algunos ajustes en la regulación; todavía no es posible anunciar nada pero creo que sí va a terminar siendo necesario imaginar alguna forma de acompañar a nuestros clientes de la mejor manera en plazos que no necesariamente teníamos previstos hace uno o tres meses.

¿Cómo está la morosidad en los pagos?

Todavía es baja pero ha subido (la morosidad total bancaria a abril del 2020 fue de 3,38%). La reprogramación ayuda a que los clientes puedan reajustar sus presupuestos y a enfrentar las condiciones que imponen esta situación tan dura, y además mantiene la calificación de riesgo y la vigencia. Todavía no vamos a ver un efecto sobre la morosidad hasta que no avancemos en el año. El efecto se mantiene bajo, pero sí ha incrementado.

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¿Qué es el covid-19?

El covid-19 es la enfermedad infecciosa que fue descubierta en Wuhan (China) en diciembre de 2019, a raíz del brote del virus que empezó a acabar con la vida de gran cantidad de personas.

El Comité Internacional de Taxonomía de Virus designó el nombre de este nuevo coronavirus como SARS-CoV-2.

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