El presidente francés, Nicolas Sarkozy, lanzó hoy un plan para establecer un impuesto sobre el dióxido de carbono para alentar una reducción en el consumo de energía en industrias y hogares.

El impuesto, inicialmente de 17 euros (24,8 dólares) por tonelada de emisión de dióxido de carbón, se traducirá en un alza del precio del combustible para automóviles, calefacción y fábricas.

El desafío más grande que enfrentamos es el cambio climático () cada uno de nuestros compatriotas debe sentirse preocupado, dijo Sarkozy en un discurso televisado con el objetivo de ganarse a sus escépticos compatriotas.

Si la iniciativa de Sarkozy se hace realidad, Francia será el primer gran miembro de la UE que cuente con un impuesto de este tipo. En Suecia, Dinamarca, Finlandia y Noruega ya existen tasas sobre las emisiones de CO2.

POLÉMICO IMPUESTO Durante los meses de su elaboración, el impuesto ha causado polémica en Francia, con desacuerdos dentro del partido oficialista y objeciones tanto de los socialistas como de los ecologistas en la oposición.

El Partido Verde coincide ampliamente con el principio de la iniciativa, pero dicen que el impuesto debería ser más grande para tener un impacto más significativo, mientras que el Partido Socialista dice que este lastimará a las familias que luchan para capear la peor recesión económica en más de 15 años.

Según un sondeo de Ifop para la revista Paris Match de esta semana, el 65 por ciento de los encuestados estaba en contra.

Los críticos acusan al Gobierno de buscar modos de aumentar sus ingresos en un año en el que la recaudación fiscal se ha hundido por la recesión, provocando un rápido aumento del déficit presupuestario.

REDUCCIÓN EN EL IMPUESTO A LA RENTA COMPENSARÁ DICHO GASTO Sarkozy ha rechazado las críticas, y sostiene que el impuesto no será un peso añadido para los hogares porque el aumento en la factura del combustible se compensará con reducciones en el impuesto de la renta.

Los hogares demasiado pobres como para pagar el impuesto a la renta recibirán cheques ecológicos del Estado para compensar la subida de la factura energética, afirmó. Los recortes fiscales y los cheques tendrán en cuenta el número de personas en cada hogar.

El objetivo de la política ecológica fiscal no es rellenar las arcas del Estado, sino incitar al pueblo y a las empresas francesas a cambiar su comportamiento, declaró el presidente francés, y añadió que los hogares que mantengan el consumo en niveles bajos acabarán mejor financieramente.

El sistema distinguirá entre los que viven en zonas urbanas con buen transporte público y los que viven en zonas rurales y dependen más del coche. Los hogares rurales recuperarán más dinero del Estado.

Para los sindicatos es un esquema muy complicado y han puesto en duda que los hogares vayan a ser verdaderamente compensados.

TASA SUBIRÁ CON EL TIEMPO El impuesto, calculado según el volumen de CO2 producido por tipos particulares de combustible, se aplicará al petróleo, el gas y el carbón.

Una excepción notable será la electricidad. Francia produce el 80 por ciento de su electricidad de centrales nucleares, que tienen bajas emisiones, y Sarkozy ha dicho que sería contraproducente gravar la energía o castigar a los conductores que cambien a coches eléctricos.

La tasa, que se introducirá en el 2010, subirá con el tiempo, aunque Sarkozy no explicó cuánto o cuándo.