Golpeada Blackberry se aferra a su último cartucho
Golpeada Blackberry se aferra a su último cartucho
Redacción EC

Un año atrás escuchamos a gritar en medio del abismo que su nuevo modelo de sistema operativo, incluido en el , era el salvavidas que no solo los reflotaría del camino hacia el fin sino que los ayudaría a volver a ser los reyes del . Escépticos, tanto los periodistas del medio como los analistas de mercados, coincidimos todos en que la idea era en extremo optimista y sus posibilidades de éxito bastante lejanas.

No nos equivocamos: la familia BB10 alcanzó el año pasado a vender poco más de 3 millones de ejemplares en todo el mundo mientras que en simultáneo el líder, , vendía 85 millones solo en Norteamérica. La crónica de su muerte anunciada se coronó para fines de año, cuando se vieron en la necesidad de auto comprarse (su principal accionista pagó US$4,5 millones por sacar a la firma de Wall Street) para evitar un quiebre estripitoso y, digamos, caer con estilo.

Blackberry recibió el año muy golpeada, pero no está derrumbada. Insiste en pelear hasta quemar el último cartucho. Eso sí, su discurso ha cambiado y no solo ha tomado un matiz más realista sino que es además sensato para los tiempos contrariantes que vive. Ya se dieron cuenta que no volverán al primer o segundo lugar y eso es sensato.

No, la familia BB10 no fue un éxito ni puso nerviosos a los coreanos, quienes están concentrados en pelear con las manzanas, y ni siquiera evitó que Microsoft le sacara ventaja en el ámbito internacional y lo pasara al cuarto puesto en participación de mercado.

Blackberry lo sabe y lo asume y tiene ya los ojos bien abiertos frente a esta realidad. Por eso la semana pasada, durante una organizada en exclusiva para toda la prensa de Latinoamérica, no solo aceptaron que no se esforzarán por conquistar al público masivo sino que recalcaron que su lucha será mantener su presencia y fuerza en el segmento corporativo, ese en donde sus servicios aún tienen un 45% de mercado. 

En su reunión con la prensa latina, Blackberry ha demostrado que sabe que no se puede tapar el sol con un dedo. Su alternativa para intentar sobrevivir es seguir peleando por un nicho que todavía no les fue arrebatado en la región. No se pueden confiar en conseguir un "comprador de la marca" sino optimizar sus servicios. Ellos prometen trabajar en la seguridad y mantener la confianza de las 500 organizaciones estatales que aun utilizan sus servicios en la región. Quieren que sean las corporaciones quienes elijan los servicios que sus redes ofrecen y por eso las dejan abiertas para operar en armonía con equipos de la competencia. Quieren seguir vivos en ese entorno, pero estamos seguros que no será fácil.

El  nefasto futuro de la marca sigue siendo una realidad latente en la mente de los analistas, sobre todo en los mercados europeos o norteamericanos, donde la marca tiene menos del 1% de participación de mercado en el y hasta en las corporaciones viene de caída, pero no se puede negar que están intentando sobrevivir con una presencia decente (sus servicios tienen 45% de participación en segmento corporativo según IDC) en el segmento adecuado de los mercados emergentes, esos en donde mejor le fue siempre.

Ya no son, ni pretenden ser, David frente a Goliat. Reconocen que estuvieron “un poco atrasados en el pasado inmediato”, pero ahora están esforzándose para tener una buena oferta para la productividad personal en el entorno laboral y eso, desde nuestra perspectiva, es saludable.

“A pesar de todo lo que se ha dicho de la empresa, ahí estamos. Seguimos vivos y nuestros clientes, aquellos que conocen nuestra tecnología, no nos dejan (…) Es la confianza que nos tiene, una cosa que se gana y no se compra y la firma se lo ha ganado por lo que ha hecho en el pasado y lo que está haciendo para el futuro”, prometió la semana pasada Jorge Aguiar, gerente para la región de la marca, y solo resta creerle, confiar en que lo van a intentar hasta el último segundo, y desearles buena suerte en esta lucha por subsistir.

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