(Foto: El Comercio)
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Cinco mil dólares es el premio al que se hizo acreedora Verónica Pérez en el concurso organizado para identificar la más absurda. La ganadora identificó que las leyes que regulan la actividad notarial restringen el número de notarios y la competencia entre estos, en detrimento de la .

Al determinar el número de notarios en función a una cantidad arbitraria de población en cada circunscripción y limitar la actuación notarial a ciertas zonas (municipio o distrito) se reduce la oferta de servicios y la competencia entre notarios. Existen leyes que autorizan al colegio o Consejo de Notarios a participar en los procesos de selección, quienes tienen incentivos naturales para limitar la entrada de nuevos notarios. Esto ha generado que existan 3, 4 notarios por cada 100 mil habitantes; en contraste con Alemania que tiene 9,4 y Suiza que tiene 33,3 notarios por el mismo número de habitantes.

El segundo premio fue de US$2.500 para Francisca Hernández, quien identificó que los reglamentos de tránsito de los municipios afectan los servicios de carga de mercancías, al forzar a sacar permisos en cada municipio y a renovarlos cada 30 días.

Estos premios fueron entregados en octubre pasado. No fue en Lima, sino en Ciudad de México, país miembro de la OCDE. El premio se otorga en el marco de un concurso organizado por la Secretaría de Economía (nuestro Ministerio de Economía, aunque sin la parte de Hacienda pública), la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (función asumida aquí por la Presidencia del Consejo de Ministros), la Comisión Federal de Competencia (lo que sería nuestro Indecopi) y el Instituto Nacional del Emprendedor (funciones asignadas al Ministerio de la Producción). Formaron parte del jurado del concurso el Consejo Coordinador Empresarial (nuestra Confiep), la Asociación de Emprendedores de México y una ONG dedicada a identificar barreras burocráticas.

En nuestro país no tenemos ni premio ni una articulación de esfuerzos para identificar y eliminar obstáculos o trabas burocráticas. Cada uno camina por su lado, a su ritmo y, a veces, lo que se hace con una mano se borra con la otra.

Por un lado, el Produce maneja su portal www.dimetutraba.pe, que más parece un “gran libro de reclamos” por servicios mal prestados. Se anuncia en esa misma página web que algunas de estas trabas han sido levantadas. Difícil de creer. El Produce carece de “dientes” para hacerlo.

Por otro lado, tenemos al Ministerio de Economía (MEF) y al Indecopi. Mientras el primero tiene el poder del dinero para disciplinar (puede transferir recursos a municipalidades a condición de que eliminen trabas absurdas), el segundo puede declarar la ineficacia de un trámite absurdo. Si bien este último ha ido avanzando con la eliminación de trámites con carácter general, el MEF parece trabajar para el enemigo al haber aprobado metas que incentivan a las municipalidades a aprobar trámites absurdos cuestionados por el Indecopi. Finalmente, está la PCM, la cual, sin participación del Indecopi, revisa los procedimientos de las entidades para evitar que se incluyan más trabas.

Cada uno camina por su lado. Un premio al trámite más absurdo, al estilo mexicano, podría ser un buen comienzo para forzar una articulación de todos estos esfuerzos. El sector privado no debe ser ajeno. Sugiero un nombre: Chapa tu Traba. ¿Se animan?

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