Este sector, a través de la ley, ha contribuido significativamente a la generación de empleo formal.
Este sector, a través de la ley, ha contribuido significativamente a la generación de empleo formal.
/ HEINER APARICIO
Michelle  Barclay

Entre tantas noticias desalentadoras y en un contexto de total incertidumbre , no pasan delante de nosotros noticias que nos motiven en este comienzo de año y que nos permitan cantar en voz alta y con fervor peruano nuestro himno nacional. Sin embargo, como dicen: quien busca encuentra.

Hace dos semanas salió publicada la modificación de la Ley 27360 (Ley de Promoción Agraria) que mejora los beneficios laborales de los trabajadores del sector agrícola, amplía la vigencia de la norma hasta el 2031 y declara de interés nacional las acciones de promoción de la agricultura moderna.

No hay duda de la importancia económica de este sector para nuestro país, ya que ha permitido posicionarnos en los primeros puestos del ránking mundial de exportación de paltas, arándanos, uvas, mandarinas, espárragos, mangos, entre varios otros productos. Hoy competimos de igual a igual con los principales países exportadores de frutas y hortalizas.

Aplaudimos la ampliación de una ley que ha permitido dinamizar y hacer crecer el sector agrícola. Sin embargo, las recientes noticias han omitido resaltar un logro sumamente relevante: el empoderamiento de la mujer a través de la agricultura moderna.

Este sector, a través de la ley, ha contribuido significativamente a la generación de empleo formal. De acuerdo con lo informado por la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), al 2017 la agricultura moderna ha generado más de 800.000 puestos de trabajo formales, de los cuales más del 40% son ocupados por mujeres.

Según AGAP, en los últimos años se ha incrementado en más de siete veces la participación formal de las mujeres en las actividades del sector. Este impacto no puede pasar desapercibido. Corresponde hacerlo notar e impulsarlo para que el número siga creciendo a través de todas las empresas que se encuentren bajo el régimen de promoción agraria.

Las mujeres cumplen un papel fundamental en el agro y, particularmente, en tiempos de cosecha. Son cada vez más mujeres las que, a través del trabajo formal en el campo, logran ser independientes y ganar un sueldo que les permite mantener a sus hijos y brindarles educación. La Ley de Promoción Agraria ha logrado dignificar y empoderar a la mujer que realiza trabajos en el campo. En un contexto en el que el maltrato a la mujer y los feminicidios están a la orden del día, esto es algo de lo cual sí podemos sentirnos orgullosos como peruanos.

Virginia Woolf escribió un ensayo llamado “Una habitación propia” sobre la independización de la mujer a través del trabajo y la generación de ingresos propios. En este ensayo derivado de dos conferencias que dio en 1928 señaló: “Ninguna fuerza del mundo puede quitarme mis 500 libras. Tengo asegurados para siempre la comida, el cobijo y el vestir”. Noventa años después en el Perú, varias mujeres trabajadoras del campo pueden decir lo mismo. ¡Somos libres, seámoslo siempre!