Peru crecimiento economico
Peru crecimiento economico

Se sabía que el siglo XXI no solo traería cambios tecnológicos. En esta era se ponen también a prueba y evaluación los valores y las costumbres con las cuales las sociedades, en general, y las organizaciones empresariales, en particular, se han desarrollado.

La sociedad está observando estos cambios: la constante mención de pérdida de valores, la falta de transparencia y de respeto, el surgimiento de castigados y castigadores. Lo que aún falta es identificar la ruta a seguir. No es suficiente señalar las carencias. Se requiere enseñar el camino, sentar las bases y los lineamientos de lo que realmente anhela una sociedad: un entorno en el que predomine el respeto, la oportunidad verdadera de crecimiento honesto, la recuperación de la confianza, de la palabra, de la equidad.Es más fácil destruir y castigar, que tomar la decisión de construir sobre bases sólidas y reales, y es más complejo poder construir cuando existen entornos de desconfianza y probablemente alguna sed de venganza.

Estamos viendo y somos testigos de grandes remezones y de profundos cambios en el sector empresarial nacional. Los impactos que estos remezones están causando deben ser considerados por los que estamos creando y desarrollando un empresariado responsable.

Las compañías se rigen por ética y valores, pero son las personas, sus líderes, los que imparten con el ejemplo el cumplimiento de los principios declarados tanto en la verticalidad como en la horizontalidad de la estructura de la organización, sin excepción alguna. El mundo está cambiando y esos cambios se deben recoger e incorporar en las compañías que buscan crecer en el tiempo.

Continuar haciendo más de lo mismo ya no es una opción. Pero el peso del cambio no debe recaer solo en la empresa privada. La sociedad civil, las autoridades, instituciones y hasta las personas de a pie también deben ser partícipes del cambio, del reclamo ante la corrupción, la desconfianza, la falta de respeto, la falta de valores. El verdadero cambio solo se va a dar si todos somos parte del mismo y lo predicamos con el ejemplo.

Queremos un país con futuro, con crecimiento y desarrollo. Esto solo se logra contando con un marco nacional que va más allá del discurso político del día, un marco que impulsa el desarrollo liderando las grandes metas sociales y de infraestructura que brinde conectividad a lo largo y ancho del país.

La frustración no atendida de los pueblos, un reclamo que existe probablemente desde los inicios de nuestra era republicana, es en muchos casos el reflejo de costumbres y manejos que deben cambiar. No podemos seguir anteponiendo el egoísmo y el apetito de pocos ante la necesidad de muchos. Hoy estamos viendo cómo fuertes vientos de cambios alejan los grandes nubarrones. Es una oportunidad de cambio, pero para realmente poder decir que vamos hacia un futuro con nuevas fuerzas, todos debemos trabajar juntos para despejar no solo los grandes, sino también los pequeños nubarrones.

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