Directoras, por Carolina Trivelli (Foto: difusión)
Directoras, por Carolina Trivelli (Foto: difusión)
Redacción EC

Una eficiente y con visión de futuro utilizará todos los medios a su alcance para hacerse competitiva, sostenible y rentable. Claramente, implementará las mejores prácticas de para asegurar que sus decisiones se materialicen en cada vez mejores resultados, para sus accionistas, trabajadores y clientes.

Contar con directorios diversos es una de estas prácticas de buen gobierno. Hay abundante evidencia del positivo impacto en los resultados de las empresas de tener cuerpos directivos diversos (manejo de riesgos, rentabilidad, sostenibilidad, etc.), y muchos promotores globales que abogan por ello, como el Fondo Monetario, Banco Interamericano de Desarrollo, Foro Económico Mundial, para mencionar algunos. Crecientemente, los mercados premian a las empresas con directorios diversos.

Dos prácticas básicas para diversificar los directorios son: incluir mujeres y contar con directores independientes. Idealmente, además, se deben incluir perfiles de directores con diferentes trayectorias, distintas generaciones, etc.

Por ello sigue siendo sorprendente que en nuestro país los directorios de las principales empresas sigan siendo mayoritariamente conformados solo por hombres.

Un estudio reciente de Centrum-PUCP, PwC y Women CEO encuentra, para el 2018, que aún el 59% de las 236 empresas analizadas –todas listadas en la Bolsa de Valores– tienen directorios compuestos solo por hombres. Nuestro magro 41% de empresas que cuentan con mujeres en sus directorios está muy por debajo del promedio mundial (superior al 80%).

De los 1.547 asientos para directores de estas 236 empresas, solo 142 son ocupados por mujeres. Es decir, solo 9,2% de los directores son mujeres y en la mayor parte de los casos son directoras dependientes. Solo 43 de los 142 asientos de directoras son ocupados por directoras independientes. Hay apenas 5 mujeres presidiendo directorios en estas 236 empresas.

Si bien hay más directoras mujeres que en años anteriores, se avanza muy lentamente. Cada año en promedio, entre el 2012 y 2018, el porcentaje de empresas que incluye al menos una mujer en su directorio aumentó apenas en un punto porcentual. Así, nos tomará décadas lograr cuerpos directivos mínimamente diversos.

Los sectores que están mejor, pero que igual están debajo de la media global, son el sector financiero y las administradoras de fondos de pensiones.

Si queremos ser competitivos en serio, esta es una práctica sencilla de adoptar, que beneficiará tanto a las empresas que la adopten como a la sociedad en su conjunto. Mayor equidad, sostenibilidad y competitividad con crecientes oportunidades para las mujeres son objetivos alcanzables y deseables. Más directoras, además, hace tangible y creíble una ruta de ascensos y desarrollo para las mujeres que están aún estudiando o empezando su carrera profesional.

Este es un tema en el que podemos avanzar, con el que ganamos todos, exijámonos avances sustantivos en el 2019. ¡Feliz Año!