MEF: inversión pública se incrementó en 28% en enero
MEF: inversión pública se incrementó en 28% en enero
Redacción EC

Por , economista jefe para el Perú de BBVA Research

Luego de la fuerte expansión entre el 2002 y el 2013, el crecimiento de la ha evidenciado una desaceleración relativamente intensa. Una parte de esta moderación ha estado asociada a la reversión de las favorables condiciones externas, así como al ajuste cíclico de la economía. Pero lo más preocupante es que también existen factores estructurales detrás de esta tendencia, como una menor acumulación de capital físico y una desaceleración de las ganancias de .

Entre esos años, la tasa promedio de crecimiento fue de 6,1% anual, lo que dio como resultado que, en un período relativamente corto, la capacidad adquisitiva per cápita casi se duplicara y la pobreza cayera casi 30 puntos porcentuales. También presenciamos la emergencia de una nueva clase media que dio soporte al ‘boom’ inmobiliario (después de todo, ¿quiénes compraron los departamentos de los edificios nuevos que hoy son parte del panorama de varias ciudades del Perú?), al consumo de bienes durables (como autos, cuyo tráfico ahora “padecemos” en ciudades como Lima) y a la demanda de servicios como educación y salud, cuyos precios siguen subiendo como si la economía estuviera sobrecalentada.

Lamentablemente, hoy la situación es distinta, y la economía crece a poco más de 3%. Este nivel es muy bajo. De acuerdo con nuestros estimados, no alcanza para generar suficiente empleo para absorber a los nuevos entrantes a la fuerza laboral. Además, a un ritmo de crecimiento tan bajo, será mucho más difícil seguir reduciendo la pobreza, más aun ahora que queda el núcleo más duro. Necesitamos crecer a un mayor ritmo, por lo menos de 5% en los próximos años como velocidad de crucero.

La importancia de sostener altas tasas de crecimiento por períodos prolongados se observa al analizar las experiencias exitosas de otros países. Por ejemplo, a inicios de la década de los 60, Corea del Sur tenía un ingreso promedio significativamente inferior al del Perú (equivalente al 40%). Pero desde inicios de esa década este país asiático comenzó una fase de despegue impresionante, y logró sostener, durante 35 años, tasas de crecimiento del ingreso por habitante cercanas al 7% anual. A este ritmo, el PBI per cápita se duplica cada 10 años aproximadamente, por lo que hacia mediados de los 90, en solo una generación, el ingreso promedio de los coreanos había subido en más de… ¡nueve veces! Para ponerlo en contexto: a esta velocidad de crecimiento, si usted tiene un hijo a los 35 años, cuando se esté retirando su hijo podría tener una capacidad nueve veces mayor a la suya. Impresionante. Si bien Corea del Sur empezó muy debajo de nosotros, hoy su PBI per cápita supera al nuestro en tres veces y media.

¿Y cómo hacemos ahora que se acabó el “maná” del cobre? La clave está en dinamizar lo que le dio sostenibilidad al proceso de rápido crecimiento: la acumulación de capital (es decir, más inversión) e incentivar las ganancias de productividad. La siguiente administración debe implementar de manera rápida reformas que apuntalen estas variables. De otra forma, el Perú terminará como otra de esas experiencias inconclusas, que pudieron ser pero no fueron.