Economía peruana
Economía peruana

En la primera mitad del año, la creció apenas 1,7%, la tasa más baja en diez años. A este débil crecimiento se han sumado dos eventos negativos, tanto en el ámbito internacional como en el político local, que han elevado la incertidumbre en el entorno de negocios y los riesgos a la baja sobre el crecimiento de la

Primero, en el plano internacional el conflicto comercial entre EE.UU. y China escaló nuevamente. Aunque el Gobierno Estadounidense descartó un arancel de 10% a bienes relacionados a salud, seguridad y seguridad nacional, queda pendiente la amenaza sobre bienes tecnológicos y la implementación del nuevo arancel partir de setiembre para otros bienes de consumo (libros, útiles escolares y ropa).   


Lo más probable es que la incertidumbre en torno a este conflicto permanezca elevada. El reciente retroceso en la medida arancelaria para algunos bienes ha asegurado que EE.UU. y China retomen negociaciones en dos semanas. No obstante, esto no genera certidumbre sobre la política comercial de EE.UU., algo que los inversionistas globales necesitan para retomar decisiones de inversión.  

El aumento de la incertidumbre sobre el desenlace de esta guerra comercial ha sido uno de los principales factores que ha afectado las expectativas de los inversionistas. La confianza de los empresarios en EE.UU., China y la Eurozona ha sufrido un continuo deterioro desde mayo del 2018, lo que ha desalentado decisiones de inversión también a nivel global. Esto probablemente continuará reduciendo los flujos de inversión directa extranjera este año, los cuales cayeron por tercer año consecutivo en el 2018.  

Este canal de “expectativas” ha acentuado la desaceleración global iniciada a partir de la segunda mitad del 2018 y muy probablemente continuará generando el riesgo de una desaceleración mayor.  

Un impacto importante para la economía peruana ha sido la reducción del precio del cobre. En lo que va del año, este se ha reducido en 7% respecto al promedio alcanzado en el 2018. Dado el actual contexto de incertidumbre es difícil esperar un rebote en el precio desde sus niveles actuales en los siguientes meses.  

Segundo, al ya deteriorado entorno político local del primer semestre (marcado por la confrontación política, la escasa agilidad de la gestión pública y el aumento de la conflictividad social) se ha sumado la propuesta de adelanto de elecciones. Esto ha generado una nueva crisis política y ha elevado la incertidumbre para los empresarios y las familias. Esto en un momento en el que la confianza de ambos, para invertir y consumir, ya venía deteriorándose.  

Así, el país se encuentra en un escenario complicado. La evidencia sugiere que en el Perú los períodos de caída de precios de exportación y de incertidumbre política suelen afectar el crecimiento de la inversión privada. La historia muestra que la incertidumbre suele matar el entusiasmo de los empresarios para tomar decisiones de largo aliento.