El fondo 2, que mantiene un portafolio balanceado, alcanzó retornos cercanos a 13,51% en los últimos 12 meses (al cierre de marzo 2018).
El fondo 2, que mantiene un portafolio balanceado, alcanzó retornos cercanos a 13,51% en los últimos 12 meses (al cierre de marzo 2018).
José Larrabure

Mucho se ha discutido sobre las magras pensiones que reciben las personas que se han jubilado tanto en el sistema público como en el privado de . Generalmente escucho que se le echa la culpa a la rentabilidad obtenida por las o a las comisiones que estas cobran por el servicio de administrar los fondos. Si bien todo sistema puede ser sujeto de mejoras, la realidad es que la rentabilidad histórica obtenida por el sistema privado de pensiones es bastante buena y las comisiones no son altas cuando las comparamos con estándares mundiales en gestión de activos. La pregunta entonces es: ¿qué factores nos pueden ayudar a mejorar nuestras pensiones?

El primer determinante de una buena pensión es la cantidad de años en que una persona aporta al sistema durante su vida laboral. El Sistema Privado de Pensiones () tiene poco más de 25 años de vida y, por lo tanto, todavía no tenemos jubilados que hayan aportado 35-40 años, que es lo que se recomienda para obtener una pensión adecuada.En la misma línea de los años aportando a una cuenta individual, es primordial mantener cierta regularidad de aportes para alcanzar la pensión deseada. Lamentablemente, en el Perú muchos trabajadores transitan con frecuencia entre empleos formales e informales o hacia el mundo de los independientes, donde los aportes no son obligatorios, lo cual afecta sus pensiones futuras.

Otra forma de hacer crecer una cuenta individual es aportar al fondo adecuado según el perfil de riesgo de cada persona. Todo nuevo afiliado al SPP debe registrarse en el fondo 2, el cual tiene un perfil de riesgo medio y está compuesto tanto por bonos como acciones en partes similares. Sin embargo, lo más conveniente para un trabajador menor de 45 años es asumir más riesgo en búsqueda de un mayor rendimiento y, por lo tanto, debería trasladarse al fondo 3 que tiene una mayor exposición en acciones. Los trabajadores jóvenes tienen todavía un horizonte de inversión bastante largo considerando que la edad para acceder a la jubilación en el Perú es de 60 años para las mujeres y 65 para los hombres. Este horizonte de inversión le permite asumir mayores riesgos, ya que tendrá tiempo para recuperar cualquier pérdida que se pueda generar en el corto plazo.

Por último, una herramienta muy útil para incrementar las pensiones son los aportes voluntarios que pueden ayudar a complementar nuestros aportes obligatorios sobre todo si uno no ha sido muy consistente. Quizá esta alternativa no sea muy factible para buena parte de la población que no tiene capacidad de ahorro, pero el Estado podría crear incentivos para fomentar el ahorro voluntario entre los trabajadores que sí están en capacidad de hacerlo. 

La rentabilidad ciertamente es un factor muy relevante para construir un fondo que genere una pensión digna, pero claramente no es suficiente si los aportes son esporádicos o si no se selecciona el fondo adecuado para cierta etapa de la vida laboral. La educación previsional no debe limitarse a las iniciativas impulsadas por la asociación de AFP (AAFP), sino que debe haber una política de Estado para asegurar que la población esté adecuadamente informada sobre sus opciones de inversión y jubilación.