Trump: México nos reembolsará lo que gastemos por el muro
Trump: México nos reembolsará lo que gastemos por el muro
Redacción EC

Por Gonzalo Álvarez del Villar Laghi, CEO de Tera Advisors

Empezamos el 2016 sumidos en el más sombrío de los panoramas.  se caía a pedazos y el precio del petróleo era menor que el del agua. Pero a mediados de marzo, las pérdidas del año habían desaparecido y el sentimiento de  se tornaba marcadamente optimista. Nadie más habló de recesiones inminentes. 

Pues bien, así como arrancamos el 2016 demasiado pesimistas, me parece que lo terminamos en una posición igualmente exagerada, esta vez hacia el otro extremo, tras la elección de como presidente de EE.UU. El mercado tranquilamente podría verse decepcionado por los ‘Trumponomics’. 

La situación en torno a Trump es como un juego de nudo de guerra en el que la gran expectativa por su plan económico lucha contra el escepticismo de quienes lo consideran demasiado ambicioso para ser viable. Los analistas dicen que el S&P500 está “priced to perfection”, o valorizado a la perfección, ya que asume que todas y cada una de estas propuestas electorales verán la luz y que además tendrán sobre la economía el efecto positivo que el equipo de Trump espera. 

Pero el mercado no está evaluando objetivamente los muchos obstáculos que la nueva administración tendrá que sortear. En ese sentido, y por primera vez en varios meses, espero una corrección en el corto plazo en los mercados accionarios en EE.UU. 

Por ejemplo, la agenda del presidente electo con respecto a la simplificación del código tributario es música para los oídos de los ciudadanos y compañías estadounidenses. No obstante, al escudriñar los detalles, uno empieza a encontrarse con propuestas controversiales como el impuesto que se quiere imponer a compañías de EE.UU. que producen fuera del país y luego exportan de regreso a este país (el llamado ‘border tax’) o la eliminación de la deducción del pago de interés para efectos de establecer la base imponible. Ambas ya están siendo duramente cuestionadas tanto por demócratas como por republicanos. 

Por otro lado, está la iniciativa para ejecutar un plan de inversión en infraestructura por un US$1 billón. No solo se cuestiona que se plantee un plan tan grande en un contexto de menores ingresos para el Estado.  Existen además muchos escépticos que minimizan el impacto positivo que este plan puede tener sobre la economía. Uno de los más notorios es Janet Yellen, presidenta de la FED. En la reunión del mes pasado, Yellen dejó entrever que una economía tan cerca del nivel de pleno empleo no requiere un estímulo fiscal. Ciertamente no uno tan grande como el que Trump plantea. 

En efecto, muchos economistas creen que cuando una economía está recuperándose y llegando a su nivel de máximo potencial, aplicar un estímulo fiscal tan importante genera inflación, pero no tiene un efecto material en el largo plazo.

Para lograr un crecimiento del PBI más alto, Yellen y estos economistas creen que lo que realmente se necesita es aumentar la productividad de los trabajadores. No obstante, lograrlo es algo muy complicado no solo para Donald Trump, sino para cualquier presidente.