"Políticas anticíclicas para reconstruir", por Diego Marrero
"Políticas anticíclicas para reconstruir", por Diego Marrero
Redacción EC

En el contexto actual, en el que las cifras de crecimiento de la han sido revisadas fuertemente a la baja, principalmente por los impactos negativos del fenómeno de , resulta importante que las políticas económicas sean anticíclicas. El Banco Central de Reserva ha recortado su estimado de crecimiento para el año 2017, de 4,3% a 3,5%, mientras algunos analistas, más pesimistas, estiman cifras más cercanas al 2%.

Si bien el foco principal de los desastres naturales está en el norte del país, y el área afectada representa cerca del 14,5% del PBI nacional, los efectos económicos van bastante más allá, siendo los principales sectores afectados la agricultura, comercio, servicios y minería. Este último afectado por el bloqueo de las vías de comunicación que impide la salida del mineral.

Aunque es difícil dar cifras aún, pues los efectos no han terminado, los estimados iniciales dan cuenta de un impacto en la infraestructura superior a los S/20 mil millones. A ello habría que sumarle el impacto económico colateral en la paralización de actividades productivas, que podrían tener un impacto de casi 2% del PBI.

La buena noticia es que hay recursos para atender las emergencias y para reconstruir la infraestructura dañada. Por un lado, existe el Fondo de Estabilización Fiscal de S/30 mil millones que representa casi el 5% del PBI peruano, el cual puede ser utilizado en casos extremos y que puede implicar una importante fuente de recursos.

Adicionalmente, las finanzas públicas muestran holgura para incrementar la capacidad de endeudamiento y el déficit fiscal se encuentra en niveles manejables. En una situación complicada como la actual, se justifica utilizar los recursos fiscales, y por ello resulta importante aplicar una política fiscal expansiva no solo para estimular la demanda interna, sino porque resulta necesario para reconstruir las zonas afectadas.

Sin embargo, si bien existen los recursos, el problema será la capacidad de ejecución y ello será fundamental para lograr una reconstrucción oportuna y con un impacto social eficiente. Para ello hay varias alternativas, las cuales serán determinantes para darle velocidad a la reconstrucción.

En primer lugar, está la obra pública ejecutada directamente por el Estado a través de los gobiernos regionales. Esta alternativa, si se toman en cuenta los procesos administrativos y los controles requeridos, dada la magnitud de los montos, sería muy lenta para las expectativas y la necesidad. Otra alternativa serían las obras por asociaciones público-privadas, que si bien aceleran en algo los procesos de licitación y ejecución, tampoco se podría esperar que su impacto sea inmediato. Por último, están las obras por impuestos, mecanismo que permite la ejecución de obras por parte de las empresas privadas. Mediante esta modalidad, las empresas privadas hacen los desembolsos directos para realizar las obras, siendo la inversión recuperada luego a través de la reducción del pago de Impuesto a la Renta.

La necesidad de aplicar políticas fiscales expansivas ante la difícil coyuntura es evidente, pero la clave para el Gobierno será la capacidad de ejecución.

Lee más noticias de Economía...