Políticas monetarias no convencionales, Diego Marrero [OPINIÓN]
Políticas monetarias no convencionales, Diego Marrero [OPINIÓN]
Redacción EC

La teoría de define que los bancos centrales tienen tres herramientas principales para controlar el crecimiento económico: el nivel de la tasa de interés de referencia, las operaciones de mercado abierto y la modificación del encaje bancario. La primera es la más utilizada; si lo que se busca es reactivar la economía, los bancos centrales bajan la tasa y generan un estímulo en el consumo y la inversión.  

La segunda y la tercera herramienta son el equivalente a inyectar más dinero en la economía. Las autoridades monetarias introducen dinero en el mercado mediante la compra de instrumentos financieros o reducen el encaje regulatorio para forzar a que los bancos otorguen más préstamos y, así, reactiven la economía. Existe una cuarta herramienta, el “efecto anuncio”, el cual consiste en hacer públicas las opiniones del banco central para influir en las expectativas de los agentes. Sin embargo, al ser esta última herramienta de corte cualitativo, tiene como premisa que el banco central tenga credibilidad.

En el contexto actual, de bajo crecimiento, donde los principales países del mundo enfrentan problemas para reactivar sus economías, los principales bancos centrales del mundo han aplicado todas las herramientas de política monetaria convencionales sin mucho éxito. Desde el inicio de la crisis económica del 2008, los bancos centrales han emitido cerca de US$10,2 billones en un intento de generar inflación, luego de reducir sus tasas de interés de referencia a mínimos históricos durante períodos prolongados (incluso en niveles negativos) sin el éxito deseado. Ello ha generado una serie de efectos colaterales que no han sido positivos. 

En primer lugar, ha significado una caída importante de los rendimientos de los activos de renta fija en el mundo, principalmente de los países desarrollados. Por ejemplo, de todos los bonos soberanos emitidos en el mundo, el 36% brinda rendimientos negativos, mientras que solo el 26% logra rendimientos por encima del 1%. Ante resultados tan pobres y la necesidad de obtener retornos más altos, los inversionistas se ven forzados a migrar de los activos más seguros hacia otros con tasas más atractivas como los bonos corporativos de mercados emergentes, que por el momento ofrecen retornos superiores al 5%. 

En segundo lugar, las políticas monetarias convencionales han perdido casi cualquier efecto y los bancos centrales han optado por soluciones innovadoras, las cuales a su vez pierden el efecto luego de algún tiempo de ser aplicadas. Por ejemplo, el Banco Central de , con el objetivo de inyectar liquidez, ha iniciado un programa de compra de índices bursátiles de manera activa, algo nunca antes visto. De igual modo, el ha venido comprando bonos corporativos, algo también bastante lejos de lo tradicional.

Los mercados financieros han estado moviéndose al ritmo de los bancos centrales, pues ven en la acción de los mismos casi la única posibilidad de que las economías puedan reactivarse, esperando cada vez más acciones fuera de lo considerado normal.

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