(Foto: Archivo)
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Giovanna Prialé

Los peruanos estamos acostumbrados a enfrentar nuevas cosas cada año, y cada vez nos es más habitual escuchar que ha sido un año atípico, o distinto a lo que se planeaba: el 2018 ha estado marcado por y volatilidad financiera externa, que ha afectado a diferentes sectores.

La incertidumbre de la economía internacional ha generado rentabilidad negativa por varios meses de los fondos de inversión y el Perú no ha sido ajeno a ello. Sin embargo, hay más afiliados que conocen que la estrategia de inversión en las AFP es de largo plazo, y empiezan a evaluar la rentabilidad a 2, 5 o 10 años. 

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Todo indica que el 2019 sería un mejor año para los fondos de inversión.

Esta visión positiva cambia cuando se analiza el sistema previsional en su dimensión más básica, el de proveer . La posibilidad de retirar el 95,5% del fondo ha generado que de 100 jubilados, 95 decidan retirar su fondo, asumiendo el riesgo de longevidad y la responsabilidad de proveerse ingresos hasta los 80 años (expectativa de vida); es decir, su fondo debe alcanzarles para unos 15 años. Esto empeora para los jubilados por el , ya que además de tener un menor fondo acumulado, este tendrá que proveerles de ingresos por 25 o 30 años. Esperemos no actuar cuando las consecuencias ya están tocando la puerta. 

Tenemos derecho a una seguridad social de calidad, y labrar en este camino, corrigiendo conductas que lo impidan. En los primeros once meses del 2018, las AFP recuperaron S/95,7 millones en aportes de trabajadores públicos que nunca llegaron a sus fondos porque su empleador decidió utilizar ese dinero para otros fines. Esto no solo perjudica el ahorro previsional, porque deja de generar rentabilidad y reduce la pensión futura, sino también porque deja sin cobertura del seguro de invalidez y sobrevivencia a los cotizantes. Beneficios que el trabajador no debe dejar de tener. Esta recuperación viene de un trabajo conjunto, dentro del Repro-AFP, con el Ministerio de Economía y Finanzas.

Malas conductas como la anterior no permiten mantener una frecuencia de aportes o densidad de cotización, lo cual es clave para que en la jubilación la tasa de reemplazo sea alta. En el último documento que presentamos en la Asociación de AFP, por los 25 años del sistema, según la información de los jubilados de las AFP que hoy se tiene, aquellos que han tenido de 240 a 270 meses de aporte efectivo (dentro de los 25 años de existencia de las AFP) han logrado conseguir una tasa de reemplazo neta de 72%, es decir que si el promedio de sus últimos ingresos previos a la jubilación fue 5.000 soles, su pensión es de S/3.600. 

Los peruanos deben encontrar empleo hasta por lo menos los 65 años, y luego gozar de su jubilación con una buena pensión. Todos debemos encontrar la oportunidad de tener una alta densidad de cotización durante la etapa laboral, para llegar a conseguir esa tasa de reemplazo de 72% o más. El 2019 ya está planteando un primer reto fundamental, que será vital y base del desarrollo del país con miras al bicentenario. Ya estamos a la vuelta de la esquina.