Siete razones para trabajar con intensidad, por Inés Temple
Siete razones para trabajar con intensidad, por Inés Temple
Inés Temple

Me encuentro con personas que cuestionan la importancia de trabajar con intensidad. Para mí es la única manera de lograr metas, crecer y avanzar. Ojalá que estas ideas animen a más de uno a repensar su disciplina de

1.- Los resultados acompañan más naturalmente a quienes ponen alma, vida y corazón en lo que hacen. Atletas laureados y emprendedores exitosos, como muchos otros profesionales destacados, viven a diario la experiencia de trabajar al límite de sus fuerzas. Para mover montañas y construir algo significativo toca dedicar toda nuestra energía a la tarea. La intensidad que le ponemos al trabajo –que no es lo mismo que ser adicto al trabajo– hace toda la diferencia para ir más rápido, llegar más lejos o lograr mucho más. No son las horas trabajadas, sino la dedicación, la fuerza y la pasión que le ponemos lo que define el nivel de resultados que alcanzamos.

2.- La satisfacción de “dejar todo en la cancha” por una meta genera un alto nivel de adrenalina y una sensación incomparable. Muchos señalan que la mejor época de sus vidas fue aquella donde trabajaron con una intensidad y una pasión que no sabían que eran capaces de tener. 

3.- La competencia nos impone cada vez más trabajar con intensidad. El mercado laboral está lleno de gente aguerrida, innovadora, ambiciosa y con hambre de éxito. También hay muchos extranjeros en el Perú acostumbrados a mercados más exigentes y demandantes que el nuestro. Trabajar con intensidad es la única manera de brillar, sobresalir, diferenciarnos y, sobre todo, dejar a la competencia atrás. 

4.- La energía que genera el trabajo intenso es contagiosa, inspira, motiva y estimula a los demás a dar también lo mejor de sí mismos, creando un círculo virtuoso que le facilita al equipo lograr resultados excepcionales, innovar e incluso transformarse cuando es necesario. 

5.- La calidad de nivel internacional que el mercado hoy demanda en todo, así como el cumplimiento de contratos, condiciones y plazos cada vez más ajustados, exigen dar lo máximo de nosotros mismos y ponerle mucha garra a lo que hacemos, sin excusa que valga.

6.- La reputación de un profesional parte del boca a boca que construye su marca y le trae más trabajo y atrae más clientes. Nada impacta más positivamente la marca personal que trabajar con excelencia, generar resultados sobresalientes y agregar valor. Y eso solamente se consigue –y se sostiene en el tiempo– poniendo fuerza, intensidad y compromiso a nuestra manera de trabajar, evitando cualquier esbozo de complacencia o mediocridad.

7.- La responsabilidad por hacer un buen trabajo nos obliga a dejar de lado todo tipo de excusas, apatías, abulias, flojeras, rencillas o complejos que no conducen a nada y, sobre todo, que no producen nada bueno ni positivo. Trabajar con intensidad, pasión y disciplina, ponerle mucha cabeza a los problemas y meterle el corazón al día a día es vital para surgir, equivocarnos menos y triunfar. Y ahora, además, nos toca hacerlo –a todos– por el Perú.

El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.