La selección peruana aún tiene esperanza para clasificar al Mundial Rusia 2018 en fase de repechaje. (Foto: Anthony Niño de Guzmán / El Comercio)
La selección peruana aún tiene esperanza para clasificar al Mundial Rusia 2018 en fase de repechaje. (Foto: Anthony Niño de Guzmán / El Comercio)

El Perú está a punto de clasificar al . ¿Cuánto se debe a nuestros méritos y cuánto a la buena suerte? El PBI ha empezado a recuperarse. ¿Cuánto de esa recuperación se debe al Ministerio de Economía y Finanzas () o al Banco Central de Reserva (), y cuánto a la buena suerte del alza de precios de nuestras exportaciones? Mi hipótesis es que este año Dios se ha puesto la camiseta peruana.

En el fútbol, sería mezquino desconocer la gran labor de . El flaco formó un equipo casi de la nada, con futbolistas que se cotizan muy por debajo de argentinos, chilenos, colombianos o uruguayos. El partidazo de ‘Oreja’ Flores contra los ecuatorianos o el de Gallese frente a los argentinos, la notable regularidad de Renato Tapia o el liderazgo de Paolo Guerrero, son ejemplos de los grandes méritos de nuestra selección.

Pero ¿y los tres puntos que nos regalaron por la mala inscripción de un jugador boliviano, el gol que se perdió Justiniano a un metro de nuestro arco y a un minuto del final del partido contra Bolivia, el tiro al palo de Messi en el estadio de Boca, el gol que nos regaló David Ospina, el triunfo inesperado de Venezuela que sacó de carrera a Paraguay y el reclamo que hicieron los chilenos sobre los puntos frente a Bolivia, que finalmente benefició solo al Perú?

No negarán que Dios nos dio una mano.

Algo muy parecido está pasando en la economía, que es pequeña y abierta, y por eso se mueve al ritmo de los precios de nuestras exportaciones y los ingresos de capitales. Cuando tenemos la suerte de que los precios de las materias primas suben y se eleva el ingreso de capitales, el auge llega solo. Y en el caso contrario, nos estancamos o retrocedemos, hagamos lo que hagamos.

El Fondo Monetario Internacional, en su último reporte sobre las perspectivas mundiales, ha decretado que la suerte ha regresado a las economías emergentes: los precios de sus se están elevando y los capitales están entrando con fuerza. Mejor contexto mundial, imposible.

Al Perú, el efecto suerte ha llegado con todo. Según datos del BCR, entre enero del año pasado y agosto último, el índice de precios de nuestras exportaciones se ha elevado en 24% y el del cobre, nuestro principal producto de exportación, en casi 50%.

Por otro lado, están entrando más capitales (dólares) al país y por eso los bancos tienen hoy muchos fondos en dólares para prestar. Mientras en enero del año pasado el crédito en dólares que los bancos ofrecían al sector privado caía a un ritmo anualizado de 20%, en agosto último esa variable viene creciendo a una tasa anual de 5%.

La suerte ayudó a acercarnos al Mundial de Rusia 2018 y también está ayudando a que nuestra economía crezca más rápido. ¿Cómo podemos aprovechar esta buena suerte?

En el deporte, hay que aprovecharla para ir al Mundial, desempeñar un papel decoroso allí y sentar las bases para asistir a los siguientes mundiales. Es lo que se espera de Ricardo Gareca. En la economía, hay que aprovechar la coyuntura para empezar a levantar la bajísima presión tributaria que acabará por debajo del 13% del PBI en este año. De otra manera, no será posible hacer cualquier política progresista en el campo de la salud, la educación o la infraestructura. Es lo que se espera de . 

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