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Una representa una oportunidad en la que una persona puede resaltar sus fortalezas y demostrar que es la persona idónea para ocupar el cargo al cual postula.

Usualmente, se trata de una conversación que busca profundizar y ampliar la información que aparece en el currículo. Ello con el objetivo de que el reclutador pueda determinar si el candidato cumple con el perfil requerido.

En este primer encuentro personal con la empresa, es fundamental tener en cuenta ciertos aspectos que pueden parecer insignificantes, pero que son determinantes.

Inicialmente, la confianza y seguridad son elementos que deben estar presentes desde el primer momento. De hecho, “el contacto visual y la calidad del saludo por parte del postulante son dos de los primeros factores en los que un reclutador presta atención”, según Eduardo Palacios, consultor de Selección de Adecco.

Asimismo, el candidato debe ser elocuente si desea sumar varios puntos. En ese sentido, es importante que las respuestas no suenen demasiado elaboradas, sino que se debe notar autenticidad. Esto garantiza relevancia y transparencia en el desarrollo de la entrevista.

“Las acciones que se deben evitar para generar una imagen negativa son no llegar a la hora pactada, tener una presencia y vestimenta inadecuada, y no haber adaptado el perfil al puesto requerido”, agrega Palacios. Además, es recomendable no hacer comentarios negativos sobre las experiencias laborables pasadas.

Ahora bien, si la entrevista consiste en una dinámica con un grupo de personas, lo que un postulante puede hacer para destacar es tener iniciativa en las actividades solicitadas, saber promocionarse, conocer bien a la empresa y no caer en la pedantería o en el exceso de confianza.






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