El consumo está estancado y podría acelerarse ligeramente en 2018 de reactivarse la inversión total, afirma Víctor Alburquerque, director de Análisis Sectorial de Apoyo Consultoría.
El consumo está estancado y podría acelerarse ligeramente en 2018 de reactivarse la inversión total, afirma Víctor Alburquerque, director de Análisis Sectorial de Apoyo Consultoría.
Manuela Zurita

El Fenómeno de El Niño costero y la parálisis de los proyectos de infraestructura que generan los escándalos de corrupción en el país han incidido de manera negativa sobre el empleo formal, contrayendo el de los limeños, explicó Víctor Albuquerque, director de análisis sectorial de

Así, de acuerdo a la consultora, en general, en el primer trimestre el rubro en el que las familias limeñas redujeron más el gasto fue vestimenta y calzado. El 28% de los hogares en Lima Metropolitana afirmaron haber reducido su gasto en este rubro durante los últimos tres meses. Le siguieron los rubros de entretenimiento (24% de los hogares limeños), mejoras del hogar y electrodomésticos (20%), alimentos dentro del hogar (16%), telecomunicaciones, alimentos fuera del hogar y salud (13%), educación (10%) y transporte (8%). Vale destacar que del universo encuestado el 21% dijo no haber reducido sus gastos en los últimos tres meses.

POR SEGMENTOS
Los sectores populares D y E han sido los más afectados por la desaceleración económica en el primer trimestre, sostuvo Albuquerque. Explicó que la tendencia se explica por el estancamiento del empleo formal (creció 0,2% en abril pasado), pese al mayor dinamismo en la contratación de las medianas y pequeñas empresas (mypes). "Esto no significa que [el sector mype] esté mejor. La morosidad está profundizando. De allí su vulnerabilidad", dijo. 

El consumo del segmento D y E es el que más afectado por la desaceleración de la economía, dice Albuquerque, de Apoyo Consultoría.
El consumo del segmento D y E es el que más afectado por la desaceleración de la economía, dice Albuquerque, de Apoyo Consultoría.

Dicha exposición de los sectores populares está asociada a su migración hacia empleos informales más precarios, puntualizó. Precisó que el nivel de ingresos de los trabajadores del mercado negro es tres veces menor que en el sector formal.

 REACCIÓN A TIEMPO
A juicio de Albuquerque, las compañías deben reaccionar ante la contracción de la demanda interna, revisando cuanto antes sus estrategias de desarrollo de nuevos productos y servicios y reforzando sus equipos. Al respecto, resaltó la importancia que está adquiriendo en canal online de ventas en el país lo que generará una mayor demanda de profesionales de este sector.

Por otro lado, llamó a revisar procesos para hacerlos más eficientes y traducirlos en mejores precios para el consumidor. En ese sentido, añadió que el potencial de adaptación a las nuevas características de la demanda, en la que muchos de los ingresos de los consumidores provendrán del sector informal.

Los sistemas de inteligencia artificial, como la tecnología Big Data, puede ayudar a identificar a clientes con ingresos irregulares a ser sujetos de créditos, ejemplificó. Las empresas que apuesten por este tipo de transformaciones ganarán ventaja frente a aquellas que permanezcan en "estructuras tradicionales", resaltó.

MYPE
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EN PERSPECTIVA
El estudio es coherente con las proyección de crecimiento de 2,3% de la demanda interna de la consultora para este año. Se trata de la tasa más baja desde 2009, en plena crisis financiera internacional, sostuvo el analista, recordando que en el 2016 se incrementó 3,4%.

Apoyo Consultoría mantiene una proyección "pesimista" del Producto Bruto Interno de 2% para este año, refirió, en la que el Fenómeno del Niño costero incide a la baja en 0,8% y la paralización de proyectos de inversión en 1,2%. A comienzos de años, estimaban que el PBI crecería el doble.

No obstante, la firma espera una mejoría del comportamiento de la economía, toda vez que se ejecuten la inversión prevista para las obras de los Juegos Panamericanos y de la reconstrucción. En ese contexto, proyectan que la inversión total (pública y privada) crecería 8% el año que viene y el empleo formal, 2%, lo que repercutiría a favor del consumo.

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