(Foto: GEC)
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Aunque el enfrentamiento comercial entre y no es nuevo, en los últimos días dos eventos han influido en las decisiones de política de una serie de

El primero es el recorte de la tasa de referencia en EEUU en 25 puntos básicos (pbs). Aunque no es seguro que este sea el inicio de un ciclo continuo de recortes, ha sido la primera reducción de la misma en diez años.   



Asimismo, en reacción a anuncios de nuevos de 10% a una serie de productos chinos por parte de EEUU, China devaluó el lunes el yuan a 7 unidades por dólar, una caída de 1,4% en un día y su menor nivel en 11 años. 

Ambos episodios buscan debilitar la moneda local bajo la premisa de que este debilitamiento encarece las importaciones (se necesitan más unidades de moneda local por una de la moneda extranjera que sirve para adquirir los bienes) y abarata para el resto del mundo los bienes que el país venda, lo que ayudaría a las exportaciones. 

Esto significaría que de la hemos pasado a una guerra de divisas. O a una devaluación competitiva: los países buscan que su moneda pierda valor para defender la dinámica de su sector exportador (y la de su industria local, desalentando las importaciones). 

En respuesta a este escenario, durante esta semana, los bancos centrales de varios países han cortado ya su tasa de referencia: India, Tailandia, Nueva Zelanda. Otros, como Australia, Corea del Sur e Indonesia, ya lo habían hecho en julio. En América Latina, Chile ya lo habían hecho en junio. 

La idea es que una menor tasa de interés de referencia abarate el crédito mediante una mayor disponibilidad de liquidez por parte del sistema financiero. Sin embargo, el efecto no es directo ni inmediato. Las tasas que pueden responder más directamente a este recorte son las de crédito corporativo, lo que ayudaría a las empresas a financiar proyectos de inversión. 

El crédito hipotecario también podría verse favorecido, pero como es a mayor plazo, depende también de cómo los potenciales tomadores del crédito (y las entidades que lo financiarían) perciben su situación financiera a lo largo del horizonte de endeudamiento. 

Pero en el crédito de consumo, asociado con mayor riesgo y a mayores tasas de interés, una reducción de la tasa de referencia no garantiza un abaratamiento de su costo.

Sumando la incertidumbre por el lado externo y la debilidad del crecimiento en el primer semestre, es probable que el BCR baje hoy la tasa de referencia a pesar de las recientes presiones al alza que se han observado sobre el tipo de cambio.

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