El canon minero transferido a los gobiernos subnacionales creció 57 veces entre el 2001 y 2012, pero los ingresos familiares de los hogares más pobres aumentaron muy poco en dicho período, según una investigación del Centro Bartolomé de Las Casas (CBC), presentada ayer en el XXIV Seminario Anual del CIES.
El estudio resalta el impacto positivo del canon minero tanto en hogares pobres como en los ricos, pero precisa que los beneficios son más significativos en el caso de los segundos.
“El impacto del canon en el ingreso familiar de los hogares más ricos es 58 veces más grande que el impacto en los hogares más pobres, y 3 veces mayor en los hogares urbanos respecto de los hogares rurales”, manifestó César del Pozo, investigador del CBC.
Esta concentración en áreas urbanas se explica por la competencia política y electoral de las autoridades locales, que suelen priorizar el gasto público en las zonas con mayor masa de votantes.
“Las comunidades no tienen representatividad porque la inversión pública a nivel local se gestiona a través de espacios como el presupuesto participativo”, señaló del Pozo.
Para paliar esta falencia, el CBC aconsejó fortalecer institucionalmente a los gobiernos locales, de tal manera que puedan focalizar mejor sus inversiones hacia los bolsones de pobreza.