¿Por qué Bloomberg destaca la fortaleza de la economía peruana?
¿Por qué Bloomberg destaca la fortaleza de la economía peruana?

En un evento reciente organizado por en Brasil, , presidente del Banco Central de Reserva, indicó que no volveríamos a ver tasas de crecimiento de la  cercanas al 7% anual, a menos que hagamos reformas estructurales. La política fiscal y monetaria, esto es, la macroeconomía, no será suficiente para volver a tasas de crecimiento elevadas, sostenibles en el largo plazo. 

Por décadas, la solidez macroeconómica del Perú ha sido la carta bajo la manga para atraer inversión. En casi cualquier ránking mundial de economía, nuestra “macro” ha sido suficiente para ponernos en lugares expectantes, pero hoy, más que nunca, se requiere la aplicación de reformas de mercado de segunda generación. Incluso la misma política fiscal y monetaria requiere de mercados de bienes y servicios que funcionen eficientemente.

Estas reformas son “microeconómicas” por naturaleza. No involucran variables agregadas, como el desempleo, el PBI o la tasa de interés de referencia, sino que se trata de reformas más finas, orientadas a eliminar imperfecciones de mercado, reducir costos de transacción y mejorar la productividad total de factores.

El elemento central de estas reformas de segunda generación es la promoción de la competencia y la desregulación profunda de los mercados de bienes y servicios. Se trata de regular solo en aquellos mercados donde esto es posible y deseable (las dos cosas a la vez) y de desregular  en todas las demás circunstancias. Limitar la actividad empresarial del Estado en general y permitirla solo si logra pasar la “prueba ácida” de la subsidiariedad y de la neutralidad competitiva. Promover la competencia como motor de la innovación y no, como ahora se pretende, promover la innovación a través de subsidios.  

Estas reformas requieren un análisis al detalle de la estructura, conducta y desempeño de los mercados para remover las  barreras que restringen la competencia. Muchas de estas barreras no son propias de los negocios, sino  que han sido creadas por  la (sobre)regulación vigente.  

El enfoque actual para promover la competencia en el Perú es obsoleto, porque se basa en una actuación expost y principalmente sancionadora de parte de las autoridades. El Estado no hace un análisis previo antes de  introducir regulaciones, ni invierte activamente en promover la competencia. Se prefiere sancionar, como una forma de recaudación y no como un mecanismo para la  disuasión de infracciones. Esto es así porque el Estado no cree en la competencia  como motor para el desarrollo económico.

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