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Conciertos en Perú: la apuesta por más festivales y nichos - 2
Claudia Inga Martínez

Paul McCartney, Metallica, Bon Jovi y Green Day fueron los artistas que pisaron por primera vez el Perú a partir del 2008, dando un nuevo giro en la escena musical limeña. 

Este ‘boom’ de internacionales, que llenaba el calendario con más de 50 espectáculos al año, iba de la mano con el auge de la economía, alentado por la reducción a la mitad del Impuesto a la Renta y la exoneración del Impuesto Municipal a espectáculos no deportivos. Apuntaba a un público dispuesto a pagar –y endeudarse– para ver esta lluvia de estrellas.

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Hoy, siete años después, el mercado ha cambiado. Si bien el Perú sigue siendo parte del circuito, los principales productores de conciertos advierten que desde el 2013 se ha dado una baja en el mercado.

No solo está relacionada a una contracción económica, también a un público de conciertos –alrededor de 50 mil– que no suele asistir a una segunda visita y que se ha vuelto más selectivo al momento de elegir un espectáculo, comenta Jorge Fernández, presidente del Comité de servicios artísticos de entretenimiento, culturales y afines de la CCL. 

Iván Cock, productor musical y docente de la carrera de Música de la UPC, añade que ha sido el mercado el que ha llevado a que el cartel de conciertos ya no tenga cuatro o cinco megaconciertos anuales, sino uno o dos y los demás espectáculos sean de nicho (para un público más pequeño). 

No se equivoca. De los 17 conciertos internacionales –registrados por Apdayc– en lo que va del año, Ed Sheeran, Romeo Santos y el festival Vivo por el Rock 5 han sido los más importantes. Katy Perry –que espera 20 mil personas– promete ser el megaconcierto de este año. En este nuevo escenario, la apuesta de las productoras va hacia los nichos (en todos sus géneros) y a los festivales donde participan varios artistas.

Pasos para traer a un artista

“Los empresarios ven a estos nichos cautivos como una oportunidad de hacer crecer el mercado. Pero hay que trabajarlos. Tenemos a un público que ya se acostumbró a pagar por un show”, añade Cock.

SE ABRE EL SHOW 
El concierto de la cantante de blues Joss Stone en la Huaca Pucllana, el de Slash (ex Guns n’ Roses) en el Parque de la Exposición o el próximo arribo del cantante de indie folk Damien Rice no son casuales. Son artistas de nichos específicos que tienen un público con poder adquisitivo dispuesto a pagar por ellos y llenar cerca de 3 mil butacas.

Incluso pueden sorprender como fue el caso del británico Ed Sheeran. Casi no suena en radios –sí en Internet– pero superó la proyección: recibió a más de 12 mil personas y una taquilla por encima de los S/.2 millones. “Sobre la marcha tuvimos que mudarlo a un local cinco veces más grande”, comenta Coqui Fernández, gerente general de la transnacional Move Concerts en el Perú.

¿Cuál es la ventaja de los shows chicos? La primera es el precio. De acuerdo con el representante del gremio de la CCL, un artista de nicho como Fito Páez puede costar US$40 mil o US$50 mil. A diferencia de artistas como Lady Gaga o Katy Perry que cobran por encima de los US$300 mil y tienen a varias productoras pujando por ellas.
Para Coqui Fernández, es una apuesta empresarial.

“Se trata también de resembrar la tierra, incluir nuevos artistas a la escena y crear mercado. Muchos de los consagrados giran cada cuatro o cinco años. Los ‘indies’ giran cada año y medio”, comenta.

Aclara, a su vez, que esto no excluye tener megaconciertos, ya que eso depende de las negociaciones y los plazos. “La estrategia es tener uno o dos al año y que todos los demás sean de nicho. Nosotros realizamos seis o siete anuales”, agrega. 

Si hablamos de nichos, precisa Cock, también hablamos de la salsa, el metal, el hard rock, el k-pop, entre otros. El riesgo en estos casos, coinciden los productores, es que hay que conocer muy bien los géneros y al mercado al que apuntan.

Diego Velásquez, director de Eternal Symphony, se especializa en el nicho del hard rock y metal. Traerá a la banda finlandesa Nightwish y prevé llenar el María Angola. La inversión en producción y contrato de esta banda será de US$90 mil.

“Son mercados alternativos, con un público que es fanático y está muy informado sobre aquello que le gusta”, dice Velásquez, quien también se ha propuesto continuar con minifestivales de este género, un formato que ya siguen las productoras enfocadas en salsa como Tropi Music con Una noche de Salsa. 

Para Iván Cock, este es también el camino. “Basta ver lo que ya está sucediendo. El festival más grande en Lima ha sido Vivo por el Rock. No existen tantos artistas de 40 mil personas, así que el camino es juntarlos”. Y pasará lo mismo en los próximos Ciudad Rock y Urban Latin Party, con más de cinco artistas en escena.

Para Christian Fernández, director gerente de Fénix Group para Chile y Perú, el formato de festival está funcionando bien a nivel latino. No obstante, aún falta que el mercado se desarrolle un poco más para recibir festivales de la talla de Lollapalooza o Rock en Río. 

Si hablamos de la rentabilidad, en festivales y conciertos nicho, esta podría ser un poco más alta por costos de contrato o un mejor ticket, pero no siempre supera el 30%. Las razones son transversales a todo el sector: sobrecostos por  el montaje de un escenario e impuestos a la taquilla y gastos del artista.

No existe en el país un recinto para espectáculos musicales, por tanto, las productoras deben armarlos en cada concierto, lo que cuesta unos US$200 mil en el caso de una superbanda. Y los impuestos, en conjunto, representan entre el 20% y 30% de la taquilla del show, sea este chico o grande.

FUTURA ESCENA 
Iván Cock pronostica que el sector recibirá mayor número de festivales y de conciertos dirigidos a más nichos específicos por los próximos dos a tres años. Y, eventualmente, algunos megaconciertos, de acuerdo a cómo vayan cerrando sus contratos en la región. 

Christian Fernández, por su parte, indica que las productoras están analizando mucho más sus próximos eventos y minimizando los riesgos. Además, anuncia que traerán el próximo año un nuevo formato que ya han desarrollado en otros países: una mezcla de música ‘anglo’ y latina. 

Los productores coinciden en que solo se podrá traer más espectáculos en la medida en que aumenten los auspicios y se construya un coliseo adecuado.
Mientras Eusebio Hurtado, gerente de recaudación nacional de Apdayc, confía en que el 2016 el cartel incluya a los deseados Rolling Stones, lo que elevaría la recaudación acumulada. Solo queda esperar.                                          

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