Luis Sánchez, jefe de proyecto en Seguridad Energética de Pro Inversión, explicó que tanto el Nodo Energético del Sur como el Gasoducto Sur Peruano, megaproyectos energéticos complementarios, fomentarán el desarrollo y la competitividad de las industrias en la macro región sur gracias a la llegada del gas natural.
Como recuerda el representante de Pro Inversión, el Nodo Energético del Sur es un proyecto compuesto por dos plantas termoeléctricas de 500 MW a ciclo simple y con turbinas duales, lo que significa que van a funcionar con dos tipos de combustibles que son el diesel y el gas natural. Estas plantas van a operar en una primera etapa con el diesel y en una segunda etapa con el gas natural proveniente del Gasoducto sur peruano cuando esté disponible.
Ambas plantas, que fueron adjudicadas el 29 de noviembre a las empresa Samay I y Enersur, estarán ubicadas en Ilo y Mollendo dada su cercanía a las terminales de combustible. En ambos casos requerirán una inversión aproximada de entre US$350 y US$400 millones cada una y estarán listas a más tardar el 2017, dijo el funcionario en diálogo con elcomercio.pe.
Sánchez indicó que este proyecto garantizará en un 70% la demanda del gas del gasoducto sur peruano; en otras palabras es el primer paso para la ejecución de este proyecto. Además, mejora y afianza la seguridad energética del país; desconcentra geográficamente la capacidad energética del país, la cual se encuentra concentrada en la costa central del país; finalmente, mejorará o creará mayores industrias y mejorará la competitividad industrial en la zona sur del país.
GASODUCTO SUR PERUANO Este proyecto, que requerirá una inversión estimada de US$3.000 millones, consiste en la construcción, operación y transferencia de este proyecto que es aproximadamente de 1.200 kilómetros de tuberías de gas natural. El proyecto llevará gas natural en un inicio de aproximadamente 500 millones de pies cúbicos por día, informó el funcionario.
Además, detalló que el gas natural que discurrirá por estas tuberías estará distribuido de la siguiente manera: 70% para el nodo, 20% para la industria petroquímica, lo que mejora la industria del etano para la producción de polietileno, lo cual trae como consecuencia mejoras otras industrias conexas como las de plástico; y finalmente un 10% en otras industrias.
Este proyecto, estima, estará listo entre el 2017 y el 2018. Entre sus principales ventajas Sánchez cuenta que permitirá el acceso a la población a un combustible limpio y barato. Además, mejorará notablemente la economía de la macro región sur del país y finalmente permitirá la creación de más puestos de trabajo.