(Foto: El Comercio)
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Luis Fernando Alegría

Una de las fortalezas del en Lima Metropolitana es que la desocupación es baja. Desde hace varios años, la tasa de se ubica por debajo de 8% de una creciente fuerza laboral. Sin embargo, en los últimos tres años ha aumentado el número de trabajadores en condiciones inadecuadas, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática ().

La población ocupada en la capital ha crecido sostenidamente en los últimos años y, al cierre de febrero, unos 4,8 millones de personas tenían un empleo en la capital. De este total, un 63% labora en la categoría que se denomina empleo adecuado.

Se trata de alrededor de tres millones que trabajan jornadas completas (mayores a 35 horas semanales) y perciben ingresos mensuales superiores al ingreso mínimo referencial, que el INEI estima en S/961.

Esta cifra de tres millones está estancada desde hace más de tres años. En enero del 2015 [ver infografía] se alcanzó tal cifra y, desde entonces, se ha mantenido prácticamente inalterada. Más aun, en enero y febrero de este año se han registrado contracciones en el empleo adecuado.

Mientras crece la ocupación y se estanca la creación de trabajo de calidad, proliferan los puestos de trabajo más precarios, el también llamado subempleo. Para el INEI, una persona subempleada cumple una de dos condiciones: o trabaja menos de 35 horas semanales por decisión de su empleador o gana menos de S/961 mensuales.

Las cifras de la agencia de estadísticas revelan que este empleo de baja calidad crece desde enero del 2015, en línea con la parálisis del empleo adecuado. A febrero, había casi 1,8 millones de trabajadores en estas condiciones.

RESPUESTA CÍCLICA

La tendencia hacia la creación de empleo no adecuado responde a que la actividad económica crece a ritmos débiles. La recuperación en el dinamismo de la producción, sobre todo en los sectores no primarios, será la clave para ver recuperaciones del empleo adecuado, coincidieron Hugo Perea, economista jefe para el Perú de BBVA Research, y Eduardo Jiménez, analista senior de Macroconsult.

Para Jiménez,la recuperación de los sectores de mayor valor agregado se daría en la primera mitad del año y en la segunda parte cambiaría la trayectoria del empleo de calidad.

Sin embargo, Perea estima que la actividad más intensiva en mano de obra no comenzaría su rebote sino hasta el segundo semestre. Además, apunta que las rigideces del mercado laboral harían que reaccione levemente ante un mayor dinamismo del PBI.

“Si mejora, será en el último trimestre y será bastante gradual. El problema es que a veces la evolución cíclica de la economía no va con el ciclo del empleo por las características del mercado laboral”, sostiene.

Ambos economistas coincidieron en que la incertidumbre podría mermar un mayor crecimiento y, con ello, mejoras en el empleo adecuado.

Por el lado de los hacedores de política, el presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde, consideró que se requiere refinar las cifras antes de dar una conclusión. Así, anotó que los datos de planillas del Ministerio de Trabajo muestran un panorama menos sombrío que los del INEI.

“Las cifras de planillas del ministerio no se condicen con las del INEI. En planillas, los datos que tenemos no son tan negativos”, afirmó.

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