(Ilustración: Giovanni Tazza).
(Ilustración: Giovanni Tazza).
Luis Fernando Alegría

(Unidad de Análisis Económico) En las últimas semanas, el entorno económico mundial se ha ensombrecido y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han alcanzado su punto más álgido.

En este contexto, el panorama para el crecimiento del Perú se ha vuelto incierto, a tal punto que el Gobierno ha ajustado fuertemente sus proyecciones de expansión para el año en menos de un mes.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) presentó la última edición de su Marco Macroeconómico Multianual (MMM), en el que resalta que ahora el Ejecutivo anticipa un crecimiento de 3% en el 2019.

Esta cifra contrasta con el 3,5% que el presidente Martín Vizcarra vaticinó en su mensaje de 28 de julio.Se han dado varios cambios desde entonces: después del mensaje presidencial, el MEF envió un borrador del MMM al Consejo Fiscal (CF) con una perspectiva de 3,4% de crecimiento de la economía.

El CF, que es un organismo técnico independiente, envió una carta al MEF el 15 de agosto en que cuestiona dos pilares que sustentaban dicho pronóstico.

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En primer lugar, advirtió que el entorno internacional podría ser menos favorable que el planteado en el MMM y, además, la inversión privada no minera y la pública tendrían que recuperarse significativamente, además de sostener el dinamismo del consumo privado.

Tras recibir esta opinión, el MEF ajustó el crecimiento a 3%, una cifra a la que el presidente Vizcarra se ha alineado, según ha declarado para medios locales. Es importante recordar que en el 2017, cuando se emitieron las primeras proyecciones para el 2019, la expectativa era crecer 4,2% y eso persistió hasta abril último.

CUESTA ARRIBA

A pesar de haber hecho ajustes sensibles en sus proyecciones, el panorama del MEF aún es más optimista que el de los analistas locales. El BBVA Research prevé un crecimiento de 2,9%; Intéligo espera un 2,5%; Macroconsult y la Unidad de Análisis Económico de El Comercio, un 2,4%; y Apoyo Consultoría anticipa un 2,2%.

Las cifras disponibles a la fecha, considerando el entorno externo, hacen que lograr un crecimiento de 3% al cierre del año sea una carrera cuesta arriba.

En primer lugar, entre julio del 2018 y junio del 2019, la economía crece a un ritmo anualizado de 2,7%. Para que este indicador de tendencia llegue a un 3% a fin de año, el PBI requeriría acelerar a más de 4% entre julio y diciembre, es decir, más del doble del crecimiento del primer semestre.

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Para el MEF, esto es algo factible y confía en un repunte de la actividad del sector privado para lograrlo. Según el MMM, la inversión privada sería el principal motor del crecimiento del año y aumentaría 4%, algo que se ve complicado a la luz de las cifras disponibles.

El crecimiento anualizado a junio de este indicador es de 2,9%, lo que implica un año completo de enfriamiento. Al ver el detalle, lo preocupante es que estimamos que la inversión no minera –que en los últimos 12 meses representa 86,5% del total– está cayendo a un ritmo de 1,8% y es su menor dato desde fines del 2016.

Si a esto le sumamos que los indicadores de confianza empresarial atraviesan su peor momento desde el cambio de gobierno, no hay indicios de que se pueda revertir la trayectoria.

Precisamente en torno a la confianza de los agentes económicos, el titular del MEF, Carlos Oliva, consideró que el deterioro registrado desde julio tiene componentes de exageración y de mala lectura de la coyuntura por parte de los agentes económicos.

En particular, se refirió a la suspensión de la licencia de construcción de Tía María, la cual –afirmó– se ha dado dentro de los marcos legales e, inclusive, apuntó que este tipo de procesos se ve en otros países también.

“No se está atentando contra la seguridad jurídica”, afirmó.En ese sentido, opinó que la reacción sobre la incertidumbre inducida por el pedido de adelanto de elecciones fue exagerada, pero cuando los agentes interioricen la noticia, las expectativas deberían mejorar.

IMPACTO MIGRATORIO

Un tema importante a considerar es la dinámica del consumo privado, que representa 64% del PBI, y del cual el MEF tiene altas expectativas. Esta variable está creciendo un 3,2% anualizado a junio.

Sin embargo, el dato está siendo apuntalado por los migrantes venezolanos, cuyo consumo en los últimos 12 meses superó los S/5.192 millones.

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Si excluimos el consumo de los migrantes venezolanos del total, la variable estaría creciendo solo 2,3% y sería su peor resultado en 17 años.

La última vez que el consumo privado creció a un ritmo tan lento fue en el verano del 2002, y ahora que el influjo de inmigrantes se ha frenado, será más difícil que aporten al crecimiento del PBI nacional.

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