ÁLVARO GASTAÑADUÍ R.
El gerente general de Duke Energy, Mark Hoffman, aseguró que su empresa está dispuesta pero no puede invertir US$300 millones en ampliar sus plantas de generación eléctrica Hoffman de Chilca (Lima) y Aguaytía (Pucallpa).
Explicó que en el caso de la central Las Flores (Chilca) podría invertir US$150 millones en convertir su planta de ciclo simple en ciclo combinado, pero se ve impedida de hacerlo por no contar con un contrato de provisión de gas natural a largo plazo. Refirió que su empresa requiere un acuerdo de suministro de ese tipo que garantice la recuperación de la inversión y la rentabilidad.
Señaló que ahora opera con contratos temporales y el actual vence a fin de año. Aunque manifiesta que renovará su contrato con Cálidda, enfatizó que allí hay una inversión de US$116 millones en riesgo.
Al respecto, el presidente del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), César Butrón, indicó que ello se debe a que no hay disponibilidad de brindar más gas por un problema en el transporte. También recordó que fue el Ministerio de Energía y Minas el que autorizó esa planta sin tener el contrato permanente.
Hoffman cuestionó la actitud de algunos “actores del sector eléctrico” que han cuestionado el pago que recibe por potencia eléctrica instalada. Ante ello, Butrón dijo que, en efecto, varias generadoras lo han solicitado, porque Duke Energy no cuenta con contratos permanentes. Sin embargo, agregó que es el Estado quien debe decidir finalmente en ese caso.
El ejecutivo enfatizó, además, que si le retiran ese pago, suspenderá las operaciones en Las Flores, que produce el 2% de la energía eléctrica que consume el Perú. Refirió que esa decisión terminaría afectando al usuario, que deberá pagar energías menos eficientes.
CASO AGUAYTÍA Hoffman explicó que en el caso de su planta de generación de Aguaytía, en Pucallpa, no pueden realizar la inversión de los otros US$150 millones porque el monto que paga al Estado por regalías e Impuesto a la Renta es casi el 80% de sus ventas.
Comentó que el contrato de concesión suscrito en 1994 subordinó las regalías al precio del petróleo, que en esa época estaba entre US$8 y US$20 el barril, sin prever que podía llegar a US$140.
Sostuvo haber negociado sin éxito con Perú-Petro la reducción de las regalías, para tener recursos para invertir no solo en la ampliación de su planta térmica sino también en realizar más exploraciones en su pozo del mismo nombre.
NO PUEDE CAMBIARSE Perú-Petro manifiesta que las regalías que paga Aguaytía Energy fueron resultado de una licitación internacional, que ganó Maple Gas Corporation.
En tal sentido, fuentes vinculadas con la empresa anotaron que ese es un contrato que no puede cambiarse, porque formó parte de un concurso internacional.