(Foto: El Comercio)
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Redacción EC

(Informe El Comercio-IPE). Si se hiciese una parodia del cuento de Caperucita Roja para ilustrar el comportamiento de los gobiernos en los períodos preelectorales habría que preguntarles “¿por qué gastas tanto?” y la respuesta obvia sería “para que me veas mejor”.  

Se trata del denominado ciclo político-económico, cuyo estudio se inició en los años 70 con las ideas pioneras de William Nordhaus, economista de la Universidad de Yale. Nordhaus sostenía que, para obtener apoyo político, el comportamiento de los gobiernos en períodos preelectorales se caracteriza por la aplicación de medidas que terminan impulsando la economía en el corto plazo.

Aunque es una hipótesis rebatible, diversos estudios para países en desarrollo y de bajos ingresos indican que, efectivamente, se observa aumento en el gasto de los gobiernos en esos períodos, aunque después, en los años siguientes, se dan ajustes fiscales, principalmente en la forma de recortes de la inversión pública

A ÚLTIMA HORA 

En el Perú es vox pópuli que la descripción propuesta por Nordhaus coincide con el comportamiento de la mayoría de gobiernos locales y regionales en períodos electorales.

En este sentido, como hemos dado cuenta en entregas anteriores, se espera que la recuperación de la economía continúe y que la inversión pública crezca a una tasa de dos dígitos durante el resto del año, con lo que el 2018 cerraría con un crecimiento cercano a 12%.  

Este crecimiento anual no solo se sustentaría en el mayor gasto por la Reconstrucción con Cambios y por las obras para los Juegos Panamericanos, sino también en el mayor gasto de los gobiernos locales para verse mejor.  

En los últimos meses, este repunte ya se ha visto más claramente en abril y mayo, en los que el gasto total de los gobiernos locales ha crecido en 26% y su inversión en 40%, ambos en términos reales.  

La expectativa de mejora por el factor gasto o inversión de los gobiernos tiene el respaldo de las estadísticas del MEF, que dan cuenta de que el gasto total promedio de los gobiernos locales en años electorales equivale a 4,2% del PBI y en los años restantes 3,7%.

Este resultado se debe principalmente al incremento de la inversión pública, que representa poco más del 50% del gasto en los gobiernos locales.

La inversión pública en años electorales es de 2,4% del PBI, frente al 2,0% en años no electorales. 

Uno de los indicadores más claros del aumento en la inversión pública de los gobiernos locales es la mayor ejecución del presupuesto. Así, durante los años 2010 y 2014, los dos últimos años electorales municipales, la ejecución fue de 72,2% en promedio, frente al 62,3% de los años no electorales.  

En el sector transporte, que explica más del 25% de la inversión de los gobiernos locales, la ejecución aumenta de 64% en un año regular a 74% en un año electoral.  

Por ejemplo, una de las mejoras más llamativas durante el ciclo político que finalizó en el 2014 fue el incremento en la ejecución de los proyectos de construcción y mejoramiento de vías urbanas, que llevó la ejecución a 68% en el 2014 mientras que en los dos años anteriores había sido de 40% en promedio.  

Otro caso ilustrativo del mismo período es el del sector Educación, específicamente en la ejecución de la inversión en construcción, equipamiento y mejoramiento de colegios. En este caso, la ejecución llegó a 82% en el 2014, mientras que en los dos años anteriores solo había llegado en promedio a 57%. 

Ejecución de la inversión pública de los gobiernos locales
Ejecución de la inversión pública de los gobiernos locales

APRENDIENDO A GASTAR 

Respecto a los ajustes o recortes del gasto o de la inversión de los gobiernos locales en los años siguientes al período electoral, en el caso peruano hay un elemento adicional: la inexperiencia de las nuevas autoridades municipales, que tienden a reducir el gasto público en su primer año de gobierno porque están en proceso de aprendizaje. 

El gasto total promedio de los gobiernos locales en su primer año equivale a 3,3% del PBI, bastante menor al 4,0% en los años restantes.

Así como en el caso de los años electorales, el resultado se mantiene al analizar únicamente la inversión pública, pues se observa que en el primer año de gobierno local la inversión es de 1,6% del PBI, 0,6 puntos porcentuales menos que la inversión en el resto de años, que equivale a 2,2%. 

Asimismo, la ejecución del gasto público de los gobiernos locales cae durante su primer año. Durante los años 2011 y 2015, años poselectorales, la ejecución del presupuesto total fue de 70,7% en promedio. Entre tanto, en el resto de años la ejecución promedio fue de 72,7%.

Lo mismo ocurre con la inversión pública, cuya caída en ejecución es mayor; así, por ejemplo, en el 2011 y el 2015 la ejecución de la inversión pública fue de 61,7% en promedio, mientras que en otros años la ejecución fue de 65,3%. 

Este efecto es mayor en las municipalidades donde las autoridades son nuevas debido al efecto del aprendizaje que se mencionó anteriormente.

Tanto en el 2011 como en el 2015, que marcaron el inicio del mandato de las autoridades locales, la ejecución disminuyó en 8 puntos porcentuales adicionales en las municipalidades provinciales de las capitales regionales donde hubo una autoridad nueva.

Considerando esto, el próximo año, en el que se estrenarían autoridades en todos los municipios del Perú, existe el riesgo de que el gasto público caiga más de lo usual.


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