Las Bambas fue el proyecto modelo de la minería del Perú por largo tiempo. Hoy, la jurisdicción se encuentra en situación de emergencia y en una tensa calma. La crisis del Gobierno podría desencadenar un conflicto.
Las Bambas fue el proyecto modelo de la minería del Perú por largo tiempo. Hoy, la jurisdicción se encuentra en situación de emergencia y en una tensa calma. La crisis del Gobierno podría desencadenar un conflicto.
Paola Villar S.

Los productores de oro en el país enfrentan un importante reto en la industria : volver a posicionarse entre los mayores productores del metal precioso en el mundo (actualmente, el Perú ocupa el sexto puesto) y compensar la demanda mundial de este activo. 

Y aunque el cobre es el metal con mayor impacto en el Producto Bruto Interno (PBI) peruano, Luis Rivera, vicepresidente ejecutivo de para Latinoamérica, resaltó que las minas de oro "son más atractivas"; pues a pesar de que si vida puede ser más corta, el retorno es más rápido.

En esa línea, remarcó que para fomentar la producción de los metales preciosos en el país la industria requiere ver la mediana minería como generador de valor.

"Con estas minas de oro podemos tener efecto de corto plazo en la reducción de la pobreza", dijo el ejecutivo durante la décimo tercera edición del Simposium del Oro y de la Plata; evento organizado por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).

MINERÍA Y POBREZA

Uno de los ejes claves de la presentación de Rivera fue cómo, a través de la minería, se ha logrado combatir la pobreza en diversas regiones del país. El ejecutivo puso como ejemplo a la ciudad de Arequipa,  donde explicó que se ha formado un parque industrial espontáneo -liderado por la inversión privada- que va desde Las bambas, Tintaya Antapaccay, y llega hasta el puerto de Matarani.

"Ya hay actividad metalmecánica (con una planta implementada por Caterpillar) a la salida de Majes (Arequipa), que surgió gracias a la minería", indicó Rivera.

En ese sentido, advirtió que ello no ocurre en regiones al norte como Cajamarca, donde hay una mayor cantidad de proyectos de oro, pero se encuentran paralizados por conflictos con las comunidades. En consecuencia, comentó, la pobreza es muy alta.

"Desconocer que la reducción de la pobreza (se da) por el incremento de la producción minera es una ceguera, y no hay peor ciego que no quiere ver", criticó el empresario.

"Si desbloqueamos (proyectos como) Conga podemos tener impacto a corto plazo en la pobreza de Cajamarca", agregó.

Entre otros aspectos, Rivera compartió con el público que a través de la actividad minera se ha logrado dar 89 mil empleos directos, 1,18 millones de empleos indirectos, y se logró cabalizar recursos para regiones que ascienden a más de S/40 mil millones (transferidos a gobiernos regionales, municipales y a universidades entre 2008 y 2017).

Asimismo, a partir de cifras del Ministerio de Energía y Minas (MEM), destacó que la cartera de proyectos mineros asciende a US$58.507 millones.

"Aquellos que quieren detener proyectos, (esto) es simplemente (darse) un disparo al pie. Podemos discutir un poco más de inversión en el entorno, de compra social en nuestras ciudades pero no detenernos, porque simplemente es dispararnos al pie", precisó.

DESAFÍOS A ABORDAR

Durante una ronda de preguntas, Luis Rivera indicó que no es novedad para ningún minero que el principal desafío para toda industria en el Perú proviene del ámbito social.

"(Por el) acceso a la tierra, al agua; ahí todavía hay mucho por hacer", mencionó.

En esa línea, habló de dos iniciativas que pueden funcionar de aplicarse de manera efectiva para gatillar las inversiones del sector. Una de estas es el mecanismo de Fondo de Adelanto Social, que, según Rivera, ha quedado "mucho en el papel".

"No hemos visto intención de formalizarlo y desarrollarlo con la industria. (Se necesita) un desplegué real de ese adelanto social", advirtió.

"El otro mecanismo que nos gustaría tener es obras por impuestos; más allá de infraestructura, ya se ha incluido servicios. Con esos dos mecanismos bien institucionalizados muchos de los proyectos podrían empezar a tener base y generar ese bienestar social para dar los siguientes pasos", añadió el ejecutivo.

De otro lado, criticó las demoras y la burocracia a nivel de permisos y licencias que las mineras requieren para operar. "Se nos piden dos años para estudios climáticos y después dos años más para esperar respuesta final, que no está garantizada a ser positiva. Si empezamos hoy, recién estará aprobado en cinco años", dijo.

En esa línea, consideró que la industria minera requiere de una autoridad única que pueda manejar estos ámbitos para agilizar las inversiones.

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