El Perú necesita duplicar su inversión en energía en los próximos siete años para no llegar al 2020 con una producción declinante de crudo y un déficit de generación eficiente, de 980 MW. “Ello nos obligaría a crecer menos y a pagar más por la electricidad y los combustibles líquidos que la economía continuamente demanda”, advirtió el experto en energía Eleodoro Mayorga, socio del estudio Laub Quijandría.
El Ministerio de Energía y Minas ha identificado proyectos en hidrocarburos y electricidad por US$26.530 millones al 2020.
Según Laub Quijandría, existe el riesgo de que el 50% de ese portafolio no se ejecute en el plazo previsto si persiste la inercia en el sector. “No estamos aseverando que la infraestructura en energía está paralizada. Debemos recordar que ciertos proyectos tienen cronogramas de ejecución establecidos. Si estos proyectos, identificados por el MEM, salen a tiempo, no habrá problema”, precisó Jaime Quijandría.
Los proyectos cuya ejecución debe ser priorizada, en opinión de Laub Quijandría, son los siguientes: la modernización de la refinería de Talara (US$3.514 millones), la industria petroquímica (US$3.500 millones), el gasoducto al sur (US$3.500 millones) y la integración de lotes de crudo pesado en la selva norte(unos US$1.500 millones).
Sobre la refinería, Petro-Perúú ha avanzado en definir el monto de inversión, pero el Gobierno aún no toma la decisión política de avanzar con el proyecto. Respecto al gasoducto, el ministro Jorge Merino ha declarado que será concesionado por tramos a partir de setiembre de este año.
En cambio, la integración de la producción petrolera de la selva norte es una iniciativa del estudio LaubQuijandría.
INVERSIÓN PÚBLICA El estudio asevera que el portafolio de US$26.530 millones en inversiones energéticas se concretará solo si el Estado aumenta su inversión en el sector. “Para el primer escenario (US$12.609 millones) estimamos un 5% de inversión pública, mientras que para el segundo (US$26.530 millones) consideramos un incremento de la inversión pública a 20%”, indicó Mayorga.
Componente indispensable de ese esquema es la participación de Petro-Perú en el negocio de producción de crudo y derivados. “Hace falta elaborar un plan estratégico serio que permita, de aquí a ocho o 10 años, que Petro-Perú vuelva a contar con un equipo de exploración y producción que asuma riesgos”, dijo. Esta medida permitirá que la oferta de crudo se recupere hasta tentar los 120.000 barriles diarios al 2020.