AZUCENA LEÓN T.
El lunes 25 de marzo fue particularmente importante para el empresario chileno de origen alemán Horst Paulmann. Esa noche la cabeza del grupo Cencosud [dueño de Wong y Metro] viajó hasta Arequipa para recibir personalmente a todos los invitados al coctel de inauguración de la primera tienda por departamentos Paris en el Perú. Ninguno de sus colaboradores recuerda haberlo visto tan entusiasmado como esa noche, en la que luego de cuatro años su multitienda debutó en el exterior.
El acontecimiento no solo tuvo un significado especial para Paulmann (que posteriormente celebró en una cena íntima con sus ejecutivos más allegados en el restaurante Chicha, de Gastón Acurio), sino que marcó el inicio de una nueva etapa en la forma en la que se materializará de ahora en adelante la inversión chilena en nuestro país. Esta se caracterizará, entre otras cosas, por el ingreso de los principales grupos chilenos ya anclados en el Perú (Sigdo Koppers, Said, Cencosud, Mas Errázuriz, Viña Concha y Toro y otras marcas) a nuevos negocios y en una agresiva expansión hacia provincias, que son las grandes protagonistas del crecimiento económico del país.
Es cierto que en el 2012, a diferencia de lo visto en años anteriores (en los que nuestro país se adueñaba del ránking de inversiones que las firmas del país del sur realizan en el extranjero), los desembolsos realizados en el Perú no sorprendieron. Según la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), estos apenas llegaron a US$477 millones (algunos atribuyen la escalada que tuvo Colombia a costa del Perú, a la inversión de US$2.600 millones que realizó Cencosud para hacerse de los activos de Carrefour). Sin embargo, eso no significa –coinciden empresarios, líderes gremiales, economistas y autoridades consultados por *Día_1*– que el flujo de inversión chilena hacia el país esté cerca de llegar a su fin.
Percepción que la propia Direcon Chile confirma en su último reporte, al destacar que a pesar de ese bache, se mantiene una tendencia positiva y que el Perú sigue siendo una plaza atractiva para los inversionistas chilenos. Esto también se refleja en el número de consultas que recibe mensualmente la Oficina Comercial del Perú en Chile, que pasaron de 45 en el 2009 a 95 el año pasado. “El interés por el país se mantiene alto, porque es una economía estable en la que aún hay mucho que hacer, sobre todo en provincias, donde la penetración del ‘retail’ y de los supermercados sigue siendo baja”, dice su titular, Silvia Seperack. De igual forma, Juan Francisco Raffo, presidente del capítulo peruano del Consejo Empresarial Perú-Chile (Cepchi), afirma estar “sorprendido” por el interés que aún hoy existe en nuestro país por parte de un gran número de firmas chilenas. A tal punto de que en la última reunión que esta asociación binacional tuvo en marzo pasado, se vio obligada a ampliar el número de sus miembros.
Quizá la mejor prueba de que la llegada de la inversión chilena (excluyendo el 2012) está lejos de caer, es el número de visitas que realizan a Lima las cabezas de los principales grupos económicos del sur, que casi se han duplicado en los dos últimos años. Juan Eduardo Errázuriz, presidente del Grupo Sigdo Koppers, uno de los más acaudalados de Chile, viene inalterablemente el primer lunes de cada mes al Perú (hasta el 2011 solo venía seis veces al año) para reunirse con su socio, el grupo Breca, y participar en los directorios de sus filiales peruanas (SKC Rental, SKC Maquinarias Perú, entre otras compañías), donde evalúa constantemente nuevos proyectos. “Perú sigue siendo uno de mis destinos favoritos por la facilidades que tengo en el país y la seriedad de los peruanos para hacer negocios”, asegura el propio Errázuriz. Lo mismo pasa con José Said, presidente de Parque Arauco, quien nos visitó igual cantidad de veces el año pasado para supervisar personalmente la incursión de su negocio de salud en Lima.
¿CUÁNDO Y POR QUÉ? La presencia de los inversionistas chilenos en el Perú data de hace más de 20 años y así como ha tenido bajas, también ha tenido épocas de plena efervescencia, sobre todo entre el 2008 y el 2011. Según Direcon, ese mayor flujo nos llevó a situarnos al 2012 como el cuarto destino de la inversión de Chile en el exterior, al acumular un stock de US$11.637 millones. En ese período los subsectores que experimentaron un mayor crecimiento fueron comercio, transporte y construcción.
Pero, ¿cuándo es que realmente empiezan a llegar en forma masivas los principales grupos del sur a nuestro país y por qué? Las opiniones son distintas. Para Jorge Mas, presidente de la Cámara Chilena de Construcción (CCHC), la llegada de las grandes constructoras del sur y firmas especializadas en brindar servicios a la minería se dio en el 2000, con el inicio de operaciones de Antamina. Mientras que Juan Carlos Yarur, vicepresidente del capítulo chileno del Consejo Empresarial Perú-Chile (CEPCHI), piensa que la presencia relevante se dio en el 2008, a los pocos años de la creación de esta asociación, que impulsó las alianzas entre empresarios de ambos países y coincidió con las auspiciosas cifras de crecimiento que acumuló nuestro país. “Eso hizo que los grandes jugadores de la industria del retail llegaran con mucha fuerza”, precisa. Lejos de estancarse, todos los consultados para este informe estiman que la inversión chilena en el Perú seguirá en aumento y que sumará US$ 16.000 millones al 2016.
¿Qué es lo que los lleva a ser tan optimistas? “No creo que la inversión en este país se haya estancado. Todo lo contrario. Veo grandes posibilidades en provincias, pues los grandes grupos chilenos, y no solo me refiero a Falabella, están mirando el interior para expandirse en agro y construcción”, afirma Juan Carlos Fisher, presidente de la Cámara de Comercio Peruano-Chilena. Otros elementos que aún persisten, a pesar del innegable avance de la economía, y que seguirán atrayendo a más inversionistas, son el déficit de infraestructura, los bajos niveles de penetración del comercio moderno y los bajos consumos per cápita en áreas claves, como salud, opina el economista Alejandro Indacochea. Un último factor, no menos importante y que será igual de decisivo, coinciden Silvia Seperack y Juan Carlos Yarur, es el resurgir de la clase media, que cambiará la forma en la que se han venido materializando los desembolsos, pues hará que estos se realicen en forma más sofisticada.
NUEVOS PROTAGONISTAS Quizá el mejor ejemplo de lo anterior sea el inminente arribo del dueño de Inmobiliaria Titanium, el arquitecto chileno Abraham Senerman, quien considera que el mercado peruano ya se encuentra maduro como para desarrollar su oferta premium. Desde su oficina ubicada en el piso 56 del edificio Titanium la Portada, desde la que se puede observar todo Santiago de Chile, Senerman cuenta a Día_1 que se ha demorado en ubicar un terreno en el Perú porque quiere implementar en nuestro país un proyecto igual de simbólico que Titanium (en el que desembolsó US$160 millones). “Quiero darle a los usuarios de mis oficinas no solo una vista espectacular, sino también la mejor ubicación, con acceso a las grandes vías para evitar que sufran con los cuellos de botella”, afirma. En agosto vendrá a Lima y quizá finalmente pueda comprar el terreno que busca.
Jorge Mas, de la Cámara Chilena de la Construcción , dice que más constructoras chilenas seguirán llegando al Perú y que las que ya están instaladas realizarán alianzas para ingresar a nuevos negocios. Por su parte, Cristian Armas Morel, director de la Inmobiliaria Armas (que este año ingresó al país) revela que tiene ambiciosos planes para el Perú, mercado que espera que represente el 30% de sus ingresos al 2017.
Para Seperack, otro sector que seguirá dando que hablar es agro (para el cultivo de berries y uvas de mesa) y el financiero. En el primer caso se sabe que los dueños de Concha y Toro están buscando nuevos terrenos más allá de Ica y que empresas de similar tamaño le han puesto el ojo al norte. Por otro lado, Pedro Menéndez, gerente general de Aseguradora Magallanes Perú, revela que así como ellos, importantes grupos financieros y aseguradores se encuentran mirando con atención al país y no debe sorprender el ingreso de nuevos jugadores. Pero, la gran sorpresa –afirma la Cepchi– podría venir del sector pesquero, donde no se descarta el arribo de grandes grupos como Angelini. ¿Qué podría evitar que se materialicen estas inversiones? Según Errázuriz, quien también es presidente del Cepchi por el lado chileno: que Colombia realmente desplace al Perú como destino y que la mano de obra calificada empiece a escasear. Mientras que su similar, Juan Francisco Raffo, opina que lo único que podría afectarnos es un cambio en las reglas de juego por parte del Gobierno. Todo indica que la ola de inversión chilena seguirá en aumento, pero está claro que dependerá del Estado seguir abonando el terreno para evitar que esta bonanza llegue a su fin.